Alguno de vosotros os acordaréis de aquella revista, llamada el Agitador Cultural, de la que yo mismo fui director, distribuidor y único redactor. El Agitador llegó alcanzar los tres billones de lectores, y en un momento dado fue la revista preferida por los chinos para leer mientras se hallaban sentados en el retrete. Uno de los artículos que más éxito tuvieron era aquel que narraba la verdadera historia de la humanidad y contaba todas las verdades que los medios oficiales han ocultado.
-De cómo se crearon las diferentes razas humanas.
En los albores de la humanidad, sólo había dos razas, la negra y la blanca, surgidas de cuando el yin y el yan se partió en dos.
Los negros vivían en la selva o en repúblicas bananeras. No trabajaban ni pensaban, porque su tierra era rica en alimentos y recursos y por lo tanto no hacía falta esforzarse. Solían comer coco y plátano y, por lo que se sabe, tenían la tranca muy larga. Los blancos, por su parte, la tenían muy corta, pues sus tierras eran poco fértiles y estaban faltos de vitaminas. Hay que decir que existían dos especies de blancos, los europeos y los norteamericanos. De entre ellos, los norteamericanos eran los que más corta la tenían.
Los blancos odiaban a los negros porque a las mujeres blancas preferían que fueran los negros quienes se la metieran. Los negros se tiraban a las negras y a las blancas, a veces simultáneamente. Los blancos sólo se masturbaban, y por eso su supervivencia peligraba.
Fue por ello por lo que se precipitó el desarrollo de la mente humana general y en particular la del blanco, y por lo que se pasó del cazador-recolector al animal cultural y social, científico y tecnológico. A base de pensar en cómo meterle el rabo a las mujeres, el hombre blanco se hizo inteligente.
Así pues, durante siglos, los hombres blancos fueron los únicos poseedores de la cultura y del pensamiento y consiguieron, ayudados también por la estupidez natural del negro y por su desconcierto inicial, hacerse con todos los plátanos y con los cocos del planeta.
Todo sucedió como ellos previeron. Las mujeres, que hasta entonces no pensaban, fueran blancas o negras, se dieron cuenta por primera vez de que, si dejaban que el hombre blanco les metiera el rabo, éstos les permitían comer todo el coco y el plátano que quisiesen. Así que, de este modo, la mujer se hizo inteligente. A partir de entonces, ésa es la cultura que se propagó por todo el mundo y que sigue vigente hoy en día en buena parte del planeta. La premisa es muy simple de aprender y todo niño o niña actual de 15 años conoce muy bien los dos principios por los que se rige nuestra sociedad. Las niñas deben irse con quien más dinero o cocos tenga. Los niños, por su parte, deben ir acumulando cocos, para no quedarse a dos velas.
Volviendo atrás, hay que decir que los blancos expoliaron a los negros plátano y coco, pero también, ya puestos, café, lino, oro, plata diamantes, marfil, minerales y tabaco. Actualmente, venden a precios abusivos los propios sigarrets hechos con el tabaco robado. Como los negros no tienen dinero, dan sus mujeres a cambio. Por si acaso, los blancos han extendido entre los negros una terrible enfermedad sexual contagiosa. Pero, como algunas mujeres blancas prefieren todavía el rabo negro, la enfermedad ha llegado también a muchos blancos.
-De las características de las razas diferentes a la blanca y a la negra.
De todo aquello, o del mestizaje, o de alguna mutación vírica, se produjo en un momento dado el nacimiento de dos nuevas razas. Una de amarillos, a quienes los blancos denominaban despectivamente “chinos”, y otra llamada “sudaca”. En la actualidad se piensa que los sudacas eran de color naranja. Los chinos, por su parte, tenían un rabo ridículamente corto y nadie quería hacérselo con ellos. Para sobrevivir desarrollaron un método de reproducción por mitosis. Cuando un chino se moría, se partía en dos y se convertía en dos chinos. Así es como los chinos hicieron un progreso imparable, invadiendo todo el mundo occidental. Uno de cada cinco habitantes del mundo en el año 2001 era chino.
Pero incluso para los chinos, el método de reproducción por mitosis era un peligro incontrolable por la superpoblación y empezaron a pensar en desarrollar un antídoto. De ese modo descubrieron que si un chino era freído justo antes de morir no se partía en dos ni se reproducía. Aquello significó el nacimiento de los rollitos de primavera.
A principios del año 2000, por ejemplo, en la ciudad de Valencia, se descubrió que, según los documentos oficiales, no se había enterrado a ningún chino en los cementerios locales durante decadas. Sin embargo, según los mismos datos, la población de chinos en la ciudad se mantuvo constante. De ello se deduce fácilmente que los chinos, en aquellos momentos, habían alcanzado la cifra ideal para conspirar, y que a los que sobraban, para que no dieran lugar a dos individuos, se los llevaban a inmensos depósitos construidos bajo tierra y los convertían, antes de que murieran, en rollitos de primavera, que luego eran vendidos en los restaurantes a precios muy competitivos. Con los beneficios, esos diablos amarillos financiaron diversas empresas malignas, entre ellas la de llevar un chino al espacio –el primer cohete chino fue lanzado en el año 2000- para que se reprodujera indefinidamente y dominara el cosmos.
Texto e imágenes: Ana María Teresa Rosa Quintana Campos.
-De cómo se crearon las diferentes razas humanas.
En los albores de la humanidad, sólo había dos razas, la negra y la blanca, surgidas de cuando el yin y el yan se partió en dos.
Los negros vivían en la selva o en repúblicas bananeras. No trabajaban ni pensaban, porque su tierra era rica en alimentos y recursos y por lo tanto no hacía falta esforzarse. Solían comer coco y plátano y, por lo que se sabe, tenían la tranca muy larga. Los blancos, por su parte, la tenían muy corta, pues sus tierras eran poco fértiles y estaban faltos de vitaminas. Hay que decir que existían dos especies de blancos, los europeos y los norteamericanos. De entre ellos, los norteamericanos eran los que más corta la tenían.
Los blancos odiaban a los negros porque a las mujeres blancas preferían que fueran los negros quienes se la metieran. Los negros se tiraban a las negras y a las blancas, a veces simultáneamente. Los blancos sólo se masturbaban, y por eso su supervivencia peligraba.
Fue por ello por lo que se precipitó el desarrollo de la mente humana general y en particular la del blanco, y por lo que se pasó del cazador-recolector al animal cultural y social, científico y tecnológico. A base de pensar en cómo meterle el rabo a las mujeres, el hombre blanco se hizo inteligente.
Así pues, durante siglos, los hombres blancos fueron los únicos poseedores de la cultura y del pensamiento y consiguieron, ayudados también por la estupidez natural del negro y por su desconcierto inicial, hacerse con todos los plátanos y con los cocos del planeta.
Todo sucedió como ellos previeron. Las mujeres, que hasta entonces no pensaban, fueran blancas o negras, se dieron cuenta por primera vez de que, si dejaban que el hombre blanco les metiera el rabo, éstos les permitían comer todo el coco y el plátano que quisiesen. Así que, de este modo, la mujer se hizo inteligente. A partir de entonces, ésa es la cultura que se propagó por todo el mundo y que sigue vigente hoy en día en buena parte del planeta. La premisa es muy simple de aprender y todo niño o niña actual de 15 años conoce muy bien los dos principios por los que se rige nuestra sociedad. Las niñas deben irse con quien más dinero o cocos tenga. Los niños, por su parte, deben ir acumulando cocos, para no quedarse a dos velas.
Volviendo atrás, hay que decir que los blancos expoliaron a los negros plátano y coco, pero también, ya puestos, café, lino, oro, plata diamantes, marfil, minerales y tabaco. Actualmente, venden a precios abusivos los propios sigarrets hechos con el tabaco robado. Como los negros no tienen dinero, dan sus mujeres a cambio. Por si acaso, los blancos han extendido entre los negros una terrible enfermedad sexual contagiosa. Pero, como algunas mujeres blancas prefieren todavía el rabo negro, la enfermedad ha llegado también a muchos blancos.
-De las características de las razas diferentes a la blanca y a la negra.
De todo aquello, o del mestizaje, o de alguna mutación vírica, se produjo en un momento dado el nacimiento de dos nuevas razas. Una de amarillos, a quienes los blancos denominaban despectivamente “chinos”, y otra llamada “sudaca”. En la actualidad se piensa que los sudacas eran de color naranja. Los chinos, por su parte, tenían un rabo ridículamente corto y nadie quería hacérselo con ellos. Para sobrevivir desarrollaron un método de reproducción por mitosis. Cuando un chino se moría, se partía en dos y se convertía en dos chinos. Así es como los chinos hicieron un progreso imparable, invadiendo todo el mundo occidental. Uno de cada cinco habitantes del mundo en el año 2001 era chino.
Pero incluso para los chinos, el método de reproducción por mitosis era un peligro incontrolable por la superpoblación y empezaron a pensar en desarrollar un antídoto. De ese modo descubrieron que si un chino era freído justo antes de morir no se partía en dos ni se reproducía. Aquello significó el nacimiento de los rollitos de primavera.
A principios del año 2000, por ejemplo, en la ciudad de Valencia, se descubrió que, según los documentos oficiales, no se había enterrado a ningún chino en los cementerios locales durante decadas. Sin embargo, según los mismos datos, la población de chinos en la ciudad se mantuvo constante. De ello se deduce fácilmente que los chinos, en aquellos momentos, habían alcanzado la cifra ideal para conspirar, y que a los que sobraban, para que no dieran lugar a dos individuos, se los llevaban a inmensos depósitos construidos bajo tierra y los convertían, antes de que murieran, en rollitos de primavera, que luego eran vendidos en los restaurantes a precios muy competitivos. Con los beneficios, esos diablos amarillos financiaron diversas empresas malignas, entre ellas la de llevar un chino al espacio –el primer cohete chino fue lanzado en el año 2000- para que se reprodujera indefinidamente y dominara el cosmos.
Texto e imágenes: Ana María Teresa Rosa Quintana Campos.
5 comentarios:
Un gran clásico de la ciencia de andar por casa. No sé cómo puede ser que todavía no se le ha concedido el Premio Nobel al Agitador Cultural por esta muestra de rigor y alarde científico. Probablemente se deba a una sucia conspiración en la sombra del partido de los nazis comunistas.
Este artículo debería estar en la Wikipedia y ser la piedra angular de la asignatura de Sociales.
Hacía mucho tiempo que no leia algo con tanto rigor científico a la par que revolucionario.
Queridos amigos , el articulo es de gran valor, pero nunca llegara a ser valorado xq no se da una explicacion de por q el homo naranjus( comunmente sudaca) ha llegado a estar casi al mismo nivel de los chinos. ¿Habeis pensado alguna vez en la reproduccion por DVD o CD?
Pues no lo había pensado. Quizás lo de las mafias de pirateo de CD´s no sea sino una tapadera para algo más gordo: la reproducción de latinos por DVD. Si eso fuera cierto, sería para echar a temblar De ahí al dominio mundal sólo habría un paso. Como esta gente se llegue a desarrollar tecnológicamente y descubra la fotocopiadora la utilizarán para reproducirse indefinidamente y estaremos perdidos... Quizás la continua injerencia de los yanquis en latinoamérica, con todos los gobiernos títeres, golpes de estado avalados por la CÍA, etc. vaya por ahí. ¿Os imagináis a Chavez o a Castro con un aparatito de esos, fotococopiando todo el día revolucionarios naranjas para mandarlos a Estados Unidos y Europa para reventarnos?
Sería prácticamente el fín del mundo.
Occidente debería reaccionar al más puro estilo Pica, que tras crear la máquina para clonar a Rasca, inventa una máquina para matar a los clones según van saliendo de la anterior.
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