lunes, 16 de junio de 2008

LOS EXTREMISTAS PROBRITÁNICOS SE LANZAN A POR EL PODER

"...absurda disertación sobre porqué Espe será pro-británica sin caer en lo facil que será seguramente es porque estudió en un colegio británico o por su extensa y estrecha relación con el Reino Unido, hasta el punto de que llegó a ser nombrada Dama Comandante Honoraria de la Orden del Imperio Británico..."

Recuerdo que hace varios años leí una entrevista a Esperanza Aguirre en la cual la por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid declaraba ser admiradora de la cultura y del modo de vida británicos y también que el Reino Unido era una de sus referencias constantes a la hora de hacer política. Por aquel entonces yo no habría sido capaz -tampoco lo sería ahora- de imaginar por qué razón podría hacer tal declaración de amor hacia el peor país del mundo alguien que ha vivido la mayor parte de su vida en España. Lo único que me viene a la cabeza como estereotipo de español probritánico sería un tarado de unos cuarenta años, con un empleo normal -digamos de oficinista en una empresa de seguros-, casado, con hijos, más bien algo obeso y cuya mayor pasión en su tiempo libre serían la de ver y coleccionar películas de James Bond y la de escuchar a los Beatles.

En esa época yo no sabía demasiado sobre el funcionamiento de las cosas -ese mecanismo absurdo e implacable al que llamamos la realidad-, y mi visión de la vida era similar a la que ofrecen los telediarios y los triángulos de queso el Caserío. Así que no hallé objección alguna a una declaración tan siniestra. Si bien, -por algún extraño motivo que todavía no alcanzo a averiguar- esa opinión se me quedó grabada en la mente hasta el día de hoy.

Pues he aquí que estos días he vuelto a reflexionar sobre el tema. He estado atando ciertos cabos que parten de la situación económica actual, tanto en España como el mundo, y éstos me han llevado inexorablemente hasta las opiniones expresadas en aquella entrevista. Para empezar, he caído en la cuenta de que, si Esperanza no escuchara a los Beatles ni fuera aficionada a 007, sólo se me ocurrirían tres razones para explicar sus filias hacia la pérfida Albión: una sería la mera ignorancia, la otra la pura maldad, y la última -y me temo que esta sería la verdadera-, una fatídica combinación de ambas.

Estoy convencido de que Esperanza Aguirre no tiene ni idea de lo dura que es la vida en las ciudades inglesas para la gente normal no perteneciente a las élites financieras, ciudades en ls que muchas personas de más de 40 años con un empleo medio o medio alto siguen viviendo en pisos de estudiantes, donde matrimonios ingleses con hijos comparten casa con emigrantes y donde existen tipos que se pasan 10 años de su vida compartiendo habitación con desconocidos, en viviendas en las que no hay salón porque éste ha sido convertido en otra habitación más para alquilar a toda costa. Un país, por cierto, con 4 millones de cámaras de seguridad grabando en las calles, 1 por cada 14 habitantes, las cuales hacen hacen que cada londinense sea grabado una media de más de 300 veces al día.

No creo que Esperanza tenga ni idea de eso, pues supongo que el conocimiento que pueda tenter de la sociedad británica le vendrá de haber hecho algún master en desregularización financiera, en especulación bursátil o en privatización de servicios sociales en alguna universidad elistista de ese país, o luego como Ministra de Cultura o como Presidenta de la Generalitat Madrileña habrá acudido a solemnes recepciones e inauguraciones en ayuntamientos del Reino Unido, donde habrá quedado abrumada por la rancia arquitectura neogótica de esos lugares, o a lo mejor simplemente se dedicaba a ver pelis de James Bond junto con algún aristócrata de los que llevan monóculo, o vete tú a saber en qué desperdiciaría esa gente el dinero público de los británicos.

O bien no es sólo una cuestión de ignorancia, sino de maldad, y se pasaban la tarde riéndose de los niños iraquíes que desde la invasión de los extremistas británicos y americanos no tienen luz ni agua potable y tienen que prostituirse o vender sus órganos para subsistir, y de que Inglaterra sea con casi total seguridad el país más hostil de la historia para sus habitantes y para el resto del mundo, habiendo provocado probablemente -y no sólo en tiempos del Imperio- más masacres, genocidios, hambrunas y deportaciones que los que hayan sido capaces de sumar la Alemania nazi, los conquistadores españoles, Israel, los Estados Unidos y la "Comunidad de Naciones Libres" todos juntos.

Pero a donde quería llegar yo hoy es al asunto de la crisis del PP, pues aparte de la inútil huelga de los transportistas, no se habla de otra cosa desde que Mariano Rajoy está intentando transformar su partido en un partido normal de extremo centro, confirmándose así como un el peor estratega político de la historia. En la pasada legislatura, cuando la economía española crecía a un ritmo frenético, se dedicó a hacer una oposición absurdamente exagerada y radical, obviando el hecho de que, en épocas de prosperidad y de estabilidad, los electores europeos y también los españoles huyen de los cambios radicales y prefieren las opciones más centristas. Y ahora, que parece que estamos a las puertas de una de las mayores crisis de los últimos cien años, ha decidido cambiar a la posición opuesta, obviando el hecho científicamente comprobado de que los españoles, igual que el resto de europeos, en tiempos de crisis apenas tardan en quitarse la máscara demócrata, y optan siempre por el candidato más fascista que esté avaliable en esos momentos. Y no hace falta citar algún ejemplo, ni histórico ni reciente, ¿verdad?

Como era previsible, los probritánicos más extremistas del PP están que trinan con su líder, al considerar que ya no es lo suficientemente fascista. El candidato preferido de los extremistas probritánicos es sin duda Esperanza Aguirre, una persona que estoy segura que en su vida diaria es la clásica abuela venerable y dulce que todos hemos tenido, una de esas abuelas que aman a su familia, en especial a sus nietos, y que se pasan un día entero preparándoles con devoción su tarta preferida cuando éstos van a ir a visitarla, y seguro que a su marido le deja el pijama limpio bajo la almohada, perfectamente doblado como a él le gusta, y lo prepara así todos los días con suma delicadeza y cariño. Pero como líder política, la impresión que da Esperanza Aguirre es la de ser una persona implacable y maquiavélica, que domina los medios de manera siniestra y cuyos movimientos están siempre perfectamente calculados con una única meta: consolidar su poder y hundir a sus enemigos. Cuenta además la Presidenta de la Generalitat Madrileña con el apoyo de las élites más poderosas y despiadadas del país. De hecho, se trata del único dirigente político en España que tiene el poder de repetir unas elecciones si los resultados no son de su agrado.

Es más que posible que Rajoy no pueda concluir la transformación de su partido y que sea finalmente Esperanza, u incluso otro candidato aún más radical y probritánico, quien lidere a los peperos en las próximas generales. Por supuesto que si la crisis que se nos viene encima es una crisis normal, algo más intensa pero en definitiva una más de las típicas crisis que se suceden cada 6 o 7 años en todos los países capitalistas, entonces los radicales probritánicos no tienen ni una posibilidad de volver al poder. Pero si como auguran algunos, se trata de una crisis sistémica y del colapso del sistema financiero mundial, con desabastecimiento energético y hambre incluso a escala europea, entonces la suerte está echada, y los españoles les recompensarán -a las mismas personas que han creado la crisis- otorgándoles directamente el gobierno de España.

Durante varios años, las élites probritánicas del mundo han estado robándonoslo todo en nuestras mismas narices mediante sus desregularizaciones, deslocalizaciones, hipotecas subprime, mercados de futuros, moderación salarial (sólo para los trabajadores, nunca para los directivos), acaparamientos de grano y de petróleo, especulación financiera, especulación inmobiliaria, especulación energética, especulación alimenticia, tratados de Lisboa, acuerdos de libre comercio, bajadas de impuestos a los ricos, etc., etc., etc., etc., etc., etc.

En los últimos meses, estos grupos fundamentalistas han redoblado su ataque a los ciudadanos de a pie y amenazan tomar el poder definitivo de la Unión Europea mediante el extremista Tratado de Lisboa de Merkel, Sarkosy, Brown y Berlusconi, con medidas aún más radicales que las que solían poner en práctica habitualmente, destacando su jornada laboral intensiva de 65 horas.

Mientras tanto, y no es de extrañar, pues se trata de simples mecanismos de distracción, los periódicos y los telediarios nos siguen contando fábulas protagonizadas por peligrosos islamo-fascistas y por terribles narco-guerrilleros-populistas-chavistas, y no hay medio comunicación alguno en España, excepto el Chino Muerto, que haya denunciado la mayor amenaza que existe sobre la faz de la tierra para la prosperidad global, para la paz, e incluso para la supervivencia del ser humano: los extremistas probritánicos. Si hubiera algo de justicia en el mundo, toda esta sarta de especuladores y de ladrones estaría ahora mismo en la cárcel.

Pero la realidad es vil y absurda, aunque en la televisión nos ofrezca otra realidad, también vil y absurda, pero mucho más atractiva para los chimpancés porque está llena de colorines, saltos, goles, explosiones y música. Así que es posible que los extremistas probritánicos, enemigos de la paz mundial e interplanetaria, vuelvan al gobierno dentro de muy poco, en sustitución de los socialistas probritánicos moderados.