miércoles, 16 de abril de 2008

EL BEERCLOCK (LA NOVELA)

Es probablemente la mejor novela de lo que va de década de los 0, a pesar de haber sido silenciada por casi todos los medios de comunicación de los países occidentales.

Describe a través de la ciudad de Londres la perversidad del sistema capitalista en sus versiones más brutales. Pero el autor va más allá de la vertiente política para entretejer un certero retrato de toda la condición humana, individual y colectiva, y de su extraña presencia en un universo tan caótico y absurdo como la propia capital británica.

Después de un arranque prometedor que plantea misteriosas incógnitas, la novela entra en una frase descriptiva que por momentos resulta lastimosamente lenta y aburrida, imitando intencionadamente el propio estilo de vida robótico de los habitantes de las grandes ciudades del mundo industrializado.

Luego nos sumergimos en una alucinante fase onírica en la que asistimos a la particular bajada a los infiernos del personaje principal, que se completará en los últimos capítulos con un terrible y destructivo giro argumental y con un párrafo final que por su ironía, originalidad y capacidad de síntesis, es uno de los mejores párrafos finales de cuantas novelas hayan sido escritas en la historia de la literatura.

La historia responde a una compleja estructura en la que los hechos no se suceden en orden cronológico, sino que se van anticipando y demorando para dar lugar a una sorprendente trama que salta de un plano a otro de la existencia; del inconsciente a la vida psicológica consciente, del urbanismo a la política nacional; de la política internacional al funcionamiento del universo, y todos ellos se explican y se construyen -y se destruyen- entre sí, como si la novela fuera, tal como la definió su autor "un laberinto de espejos".

Hay varios capítulos verdaderamente impactantes, pero uno de ellos incluye un grado de pornografía tan extremo que sería difícilmente tolerable por una persona sensible; así que tanto los menores de edad como las personas normales deberían abstenerse de leer este libro.

En este blog ya publicamos sendos anticipos dedicados al propio personaje del Beerclock y al metro de Londres. Ahora el Chino Muerto ofrece la novela en exclusiva a sus lectores de manera totalmente gratuita. Puedes leer The Beerclock pinchando aquí. Recuerda que esta obra pertenece a su autor y que su distribución está sujeta a una licencia que permite leerla y divulgarla libremente, siempre que ello se haga sin ánimo de lucro.