El día vuelve a su morada,
odas, azulejos, mirlos;
-en una tarde gris radioactiva,
invierno hostil y despeinado.
El Hombre-Sol es un hijodeputa,
el aire es una buena persona
-pero además, la Pascua cristiana
está completamente enferma;
el cielo azul drogadicto
riéndose de nosotros:
ese Osnabruck lunático
no vale más que una noria.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)