jueves, 18 de febrero de 2010

EL MEJOR GORDO DE LA HISTORIA O GORDOS QUE CAMBIARON EL MUNDO

Como todo el mundo sabe, los gordos son en su mayoría tipos mucho más interesantes que los seres humanos. Las razones, motivaciones o la historia personal por las que un ser humano normal se vuelve gordo o nace gordo dependen de cada persona, pero hay una característica general que se repite en mucho de estos seres. Se trata del hecho, que teniendo un físico particularmente poco agraciado -o abiertamente desagradable- y una movilidad restringida, se ven a menudo obligados, incluso desde la más tierna infancia, bien por pura comodidad o por la fuerza, a renunciar a muchos tipos de actividad física o sexual consideradas normales por el resto de la sociedad, lo que les obliga a desarrollar consciente o inconscientemente el componente intelectual y hace que la proporción de indiviudos geniales entre este tipo de especímenes abominables sea particularmente alta. Ejemplos de gordos que han destacado en las diferentes disciplinas del arte, el saber, la política o el deporte son practicamente incontables. Hugo Chávez, Alfred Hitchkock, Franck Black, Maradona, Elvar Ata, J.A. Pastor.

Con frecuencia marginados en esta sociedad capitalista enferma que rinde culto a la belleza física y a la mezuindad intelectual, el Chino Muerto, el mejor blog de la historia, escrito también por una auténtica bola de sebo asquerosa, se alegra en anunciar que vamos a comenzar a confeccionar un ranking de gordos en el que se seleccionará al gordo más brillante y más influyente de la historia al que otorgaremos un premio simbólico, sin valor en metálico pero de gran emotividad. Al lector que mejor contribuya, explicando cuál es su gordo preferido y por qué, le regalaremos una chela strong. Como siempre, supongo que la colaboración será tan grande que el servidor colapsará durante varios días, dejando incluso a medio Japón sin internet. En tal caso, eligiré yo personalmente la composición del ranking.

domingo, 14 de febrero de 2010

LA COMUNITAT, LA PEOR NOVELA DE LA HISTORIA, POR PACO CAMPOS. CAPÍTULO DÉCIMO.

(Atención: Esta novela consta aproximadamente de diez capítulos. Para leerla desde el principio, pincha aquí.)






Para entonces, ya era de noche, y toda la ciudad estaba en llamas. El villano había puesto dirección hacia Valencia, conduciendo de una manera criminal por las autopistas de entrada a la ciudad. Anakin iba a unos cincuenta metros detrás de él, pisando fuerte el acelerador. Se oía música de persecución, como en las películas americanas. “No voy a dejar que ese desgraciado me robe también lo que más quiero –se iba diciendo a sí mismo nuestro protagonista entre volantazos-. No, ya he vivido seis años separado de ella y no pienso perder ni un día más de mi vida extrañándola”



La persecución siguió por el centro de Valencia. “Está loco, a esa velocidad va a matarla”–seguía diciéndose Elvar. La ciudad se encontraba casi totalmente en llamas, con coches calcinados por todas partes y todavía con disturbios en la mayoría de los barrios. La conducción del villano era totalmente suicida, propia de una película de Hollywood.



En la puerta de la Mar, al no poder avanzar por la rotonda por estar llena de obstáculos, había hecho saltar el coche para hacerlo subir al area ajardinada central e introducirlo entre una de las puertas del arco. Anakin, que lo había perseguido efectuando una maniobra parecida, y que pudo pasar por la puerta del milagro, al salir de la rotonda chocó contra uno de los coches que había quedado accidentado en medio de la calle por culpa de la conducción temeraria del vehículo al que perseguía. Como consecuencia de ello, el vehículo de Anakin, totalmente fuera de control, rebotó, cayo a la acera y se estampó contra la sede de una oficina de trabajo temporal que había justo en esa parte de la calle, haciendo añicos el cartel con las ofertas de ese día. En ese momento, Skywalker, que ya no podía continuar persiguiemdo al secuestrador, vio como el coche de su enemigo sí que había conseguido seguir avanzado y se escapaba por el puente de Calatrava. Y no sólo se iba en el momento en que Anakin se quedaba sin vehículo sino que además, aunque hubiera tenido uno, no habría podido cruzar el puente, pues su enemigo había provocado un accidente en cadena dejando éste totalmente atravesado de coches destrozados, entre ellos un viejo trailer Buck en llamas y varios automóviles.



Anakin comprendió que las posibilidades de seguir al funesto vehículo en el que se alejaba la persona que más quería en el mundo se estaban esfumando; y que era obvio que iba a perderla de nuevo. Además, se estaba desangrando y era dudoso que saliera con vida del trámite. Lanzó un grito de desesperación, que resonó en toda la plaza, o lo que quedaba de ella, y se dobló abatido sobre sus propios tobillos. Era el fin. Otra vez. Igual que en Egipto.



Se percató entonces de que un policía se dirigía en moto al lugar del choque. Y puesto que, debido a que la calzada estaba llena de escombros, la velocidad a la que avanzaba no era demasiado grande, sin pensárselo dos veces, Anakin le asaltó con una patada voladora de karateka, impactándole en el pecho y haciéndole caer al suelo.



Pudo así apropiarse del vehículo del sorprendido agente de la autoridad. Y entre los disparos de éste, algunos de los cuales acertaron en el chasis de la moto, e incluso uno de ellos en el brazo de nuestro protagonista, se puso Anakin de nuevo en marcha en dirección al puente calatravesco. Pero tanto la calzada como la parte peatonal de este se hallaban llenos de vehículos accidentados, y era imposible pasar, con lo cual, a esa velocidad, lo más probable es que Anakin muriera al empotrarse contra uno de esos vehículos. No podía atravesar el puente, pero tampoco tenía la intención de detenerse. Seguía acelerando ¿Qué es lo que haría? ¿Moriría estampado ?¿Sería ese el fin de Anakin Sorel Skywalker? El puente estaba cada vez más cerca, no había manera de esquivarlo, y ya no le quedaba tiempo para frenar.



Cuando estaba a apenas unos centímetros del primero de los coches en llamas que bloqueaba totalmente el paso, Anakin tuvo una repentina y genial idea y, con un moviento ágil y certero digno de un as de las dos ruedas, se subió con la moto a la peineta del puente, consiguiendo así cruzar al otro lado del río aprovechando la blanca estructura de diseño vanguardista. Lo mismo que hacían tantos borrachos los fines de semana, él lo superaba ahora al hacerlo subido en una moto. Desde la parte más alta del emblemático monumento, pudo ver la silueta del coche de su captor alejándose por la Alameda hacia la Ciudad de las Ciencias, ahora convertida en la falla más grande de la historia. Qué lastima de billones desperdiciados. El sueño de un pobre faraón lunático se había ido al traste.



En aquel momento, en el coche del malechor algo había empezado a funcionar mal. Probablemente el villano había dañado el eje del vehículo al atravesar la Porta de la Mar. Había decidido salir de la ciudad tomando un atajo hacia el aeropuerto, pero por el camino el coche dejó de funcionar cuando se hallaba atravesando uno de los polígonos industriales de la zona.



No había nadie en varios kilómetros a la redonda. Así que salió del vehículo y cerrá las puertas del coche, tras amenazar a su atemorizada víctima con volarle la tapa de los sesos si hacía el menor intento de escaparse. Se dirigió a la fabrica más cercana para ver si había un teléfono funcionando desde el que pudiera llamar pidiendo ayuda a alguno de sus secuaces. Ah, con tanta llamadita para organizar al populacho en su marcha por la democdracia y en contra de Chávez, se había quedado sin batería del maldito móvil, y la china que había secuestrado tampoco tenía crédito porque acababa de salir de la cárcel. Tuvo ganas de matar a la china simplemente para alimentar su rabia, pero sin duda esa chica le iba a ser de mucha más utilidad viva, podría servirle de rescate en algún momento contra su poderoso enemigo progre egipcista, nunca se sabía.



Fue entrar en la fábrica cuando le golpeó por la espalda un tipo caído del techo,un tipo caído del techo que después de ejecutar esa audaz maniobra no pudo evitar rodar hacia la oscuridad de la fabrica abandonada pero por algún extraño motivo en funcionamiento. Esa misma persona estaba ahora encima de él propinándole golpes en la cara. Era probablemente la persona que más odiaba del mundo. La única persona del mundo a la que odiaba más que a Zapatero y a los faraones egipcios.



Desde unos momentos antes de que el vehículo del encapuchado se detuviera, Anakin se había dado cuenta de que el villano tenía problemas y que tarde o temprano tendría que acabar parando, así que había decidido hacer invisible con una táctica que había aprendido en Egipto de la resistencia antiterrorista. La mejor forma de desaparecer ante una invasión terreste sin dejar de poder ver al enemigo era desplazándose por los tejados, tal como habían hecho los niños con él a su llegada a Cairo. Siempre, por supuesto, que no hubiera cobertura aérea ni francotiradores, como era tan común en las zonas dominadas por Estados Unidos o por gobiernos títeres.



Skywalker había percibido una energía extraña desde el primer momento en que se había acercado a su enemigo. Tenía una fuerza especial, de eso no había ninguna duda. Se había enfrentado a cientos de luchadores del Imperio, del Lado Oscuro, y muchos contaban con una fuerza brutal e instintiva que los hacía muchísimo terriblemente peligrosos y sanguinarios, sobretodo cuando se enfrentaban a rivales más débiles. Había visto con sus propios ojos paramilitares colombianos rematando a civiles heridos indefensos; tropas israelíes disparando a todo lo que se movía, aunque fueran niños. Marines ejecutando a embarazadas, parados y viejas como simple pasatiempo. En ese caso se trataba de una moral autónoma que surgía de la creencia en la absoluta validez de las ideas propias. Racismo. Incultura. En el fondo no era sino la misma energía que le había motivado a él a luchar por los pobres y los oprimidos, con la diferencia de que en el caso de sus enemigos el contenido de esas ideas estaba basado en el odio tribal, en la superioridad de unos hombres sobre otros. En el fondo, en la lucha de unos hombres con otros por los recursos; o lo que es igual, en el miedo.



Pero en esta ocasión se trataba de algo bien distinto. Ya no era el miedo que se había encontrado tantas veces, ese miedo a uno mismo y a los demás propio de tantos fascistas y tantos psicópatas. Se trataba de maldad en sí misma, maldad que no perseguía nigún fin sino el de perpetuarse y hacerse cada vez más grande. En algún momento, la maldad clásica producto del miedo había mutado, devorándose a sí misma y adquiriendo la capacidad de expandirse.



No había sentido nada igual en su vida. Incluso cuando estaba infiltrado en el gobierno de Estados Unidos, trabajando codo a codo entre los mayores delincuentes del planeta, hombres que escondían bajo su historial honorable y tras sus premios Nóbel de la Paz los objetivos más sanguinarios, siempre se trataba de maldad como medio, no como fin último. Hasta el Príncipe de las tinieblas calculaba sus maldades en términos de costos y beneficios, y tenía conflictos internos. Y habría dudado, si acaso durante un sólo instante, de haberse visto alguna vez en la tesitura de matar por sí mismo y no siempre a través de sicarios.



Eso pensaba Anakin mientras su rostro se desfiguraba bajo la cascada de golpes que su enemigo le estaba proporcionando. Pues teniéndolo casi reducido, le había arrancado el ropaje que le tapaba la cabeza para confirmar su identidad y el presentimiento que había sentido al verlo por primera vez. A través de los ojos enrojecidos y furiosos, que hacían pensar en un animal salvaje infectado por la rabia, había adivinado, o quizás sólo imaginado novelescamente, el miedo de su padre, y en ese segundo de duda, de debilidad de quien llevababa años alejado de las trincheras, combinado también con su propio miedo a darle el golpe a su propio progenitor, es el que había permitido a éste recuperar la iniciativa y darle la vuelta al combate de puños en el que estaban enfrascados.



Por lo pronto, la cabeza de Anakin Peris ya colgaba de la plataforma metálica sobre la enorme poza de ácido sulfúrico que ocupaba casi la totalidad de la fábrica de pesticidas y nuestro héroe se encontraba ya al borde de la inconsciencia. Pero su padre al parecer se había cansado dar golpes a ese cuerpo moribundo que ya no ofrecía casi resistemcia. Sentía que quería quitárselo de una vez del medio, verlo caer a esa ciénaga y borrar al fin todo rastro de su enemigo, algo que tenía que haber hecho muchos años atrás, antes de que el fruto de su proia semilla se convertiera en un terrorista.



Así que empujó a su hijo,quien en un último momento antes de caer en el ácido, y movido en un último impulso vital inspirado por el recuerdo de Ryori, se pudo agarrar al borde de la plataforna con las dos manos. Entonces el señor Peris sacó de su bolsillo un rifle para disparar directamente a los dedos de Anakin, que ya asumía su muerte definitiva e inmediata.



Fue en esos momentos que malvado señor Peris fue empujado por alguien desde atrás y voló por encima de la cabeza de Anakin para caer directamente al ácido sulfúrico. Analkin pensó durante una milésima de segundo si no habría quizás de salvarle, pero se giró hacia atrás para comprobar que ya era demasiado tarde. En cuanto a Peris, justo antes de caer se dio cuenta de que la persona que le había asesinado lo había hecho por amor a su hijo. Peris había mandado matar a muchas personas en los últimos años, pero no había conseguido que ninguna persona matara por él gratis o por que le profesara admiración o porque creyera en él. Era sin duda amor, algo que él no había merecido nunca. Antes de disolverse en ácido miró en los ojos de su hijo y dio cuenta de cuán horrible había sido marginando y torturando desde la niñez al fruto de su aparato reproductor masculino. Se arrepintió en ese instante de todo lo que había hecho y creído durante toda su vida. Pensó que si volviera a nacer educaría él mismo a su hijo y le animaría a votar al PSOE si eso es lo que de verdad deseaba. Y él mismo también votaría a los rojos. Entonces cayó en el ácido sulfúrico y su conciencia y su carne desaparecieron definitivamente de la faz de la Comunitat.



Anakin volvió la cabeza, y vió delante suyo otra vez a Ryori, mirándole con sus preciosos ojos de chiquilla enamorada, aunque todavía asustada por lo que acababa de hacer. Comprendió que eran por fin libres y de nuevo su corazón se llenó de alegría. Aunque fuera su padre, era un auténtico tirano, y de no haber acabado con él se habría convertido en una especie de dictador de la Comunitat tipo Franco. Acababa de darle un desahogo a la revolución. Revolución que a partir de ahora iba a seguir desde lejos.



Ahora sí que podían largarse para siempre. Esa Comunitat despreciable de la que había tenido que huir depequeño, ahora tenía la oportunidad de convertirse en un país decente y no corrupto como cualquier otro. Anakin Sorel Peris Skywalker dejaba a la Comunitat una revolución maravillosa pero no exenta de peligros, ya que los poderosos, aunque ahora casi sin apoyos del Imperio, intentarían conventirla en guerra civil, enfrentando al pueblo el pueblo, utilizando como carne de cañón el arma política más peligrosa y mortífera de la actualidad. La gente de clase baja y media sin cultura y de derechas, dispuesta a morir y a matar en contra de sus intereses y en nombre de ideas sin sentido inculcadas por la élite. Pero si el pueblo iba a ser capaz de tomar las riendas de su propio destino y aprovechar ese momento histórico, eso era algo que nadie sabia.



Porque a Anakin y a Ryori lo único que les importaba era volver juntos al mejor lugar del mundo, al sitio donde se vive más despacio que en otras partes y se come mejor que en cualquier otro país del planeta, y la chicas son las más guapas,y la gente es más amable, y los templos son más grandes, y el clima es más agradable, y el paisaje es más hermoso que en cualquier otro sitio.



Allí donde la historia y la cultura mediterránea nacieron, y donde la existencia discurre más plácida y agradable que en cualquier otro sitio.



Esa terreta, la millor del mòn, atravesada por el río Nilo.

 
 
THE END

sábado, 13 de febrero de 2010

SONETO A OSAKA

El aire es auténtico veneno,

mas los mendigos de Kamagasaki

se alimentan de neón y de caqui.

-Sin derechos, como un cura esloveno-.



Placer del luctuoso queroseno

o mejor: festival de takoyaki,

al clavarles pinchos de teriyaki

las ancianas se desinflan, ¡qué bueno!



El cangrejo mutante de Dotombori

es un cerdo: secuestra a japonesas,

y se las lleva en jet privado a “Strombori”.



Porque además siempre queda el deporte

si algo falla y se molestan sus presas

de echar la culpa a Corea del Norte.

lunes, 8 de febrero de 2010

UN ESTADO FALLIDO

La corrupción de la clase política está tan generalizada que se extiende hasta abarcar, casi sin excepción, a todas las administraciones públicas y a todos los partidos con representación parlamentaria. El gobierno ha sido completamente subvertido por una clase dominante formada por especuladores, políticos sin escrúpulos, caciques locales o regionales, empresas multinacionales, gupos mediáticos, conglomerados económicos semimafiosos, potencias extranjeras y banqueros, todos los cuales dominan a su antojo la vida política nacional y los medios y dirigen el rumbo económico del país en función de sus propios intereses económicos. Los propios causantes de la crisis económica que tiene paralizado al país piden a través de sus todopoderosos medios de comunicación más ajustes sociales, más flexibilidad laboral, menores impuestos, privatizaciones y retraso de la edad de jubilación, para seguir aumentando sus beneficios económicos y que las consecuencias del desaguisado recaigan sobre los hombros de los trabajadores y de la gente humilde. La prensa y la televisión, igual que en las peores dictaduras, son totalmente complacientes y dóciles con el sistema, con los intereses del capital y, en resumen, con los poderosos. El paro alcanza cifras dignas de las naciones más subdesarrolladas del tercer mundo, llegando casi al 50 por ciento entre la juventud, una juventud ya totalmente alienada, complaciente y desmovilizada después de varias décadas de propaganda neoliberal, consumista y procapitalista. Solo queda la esperanza de que el país sea invadido por una potencia extranjera que ayude a formar un gobierno de transición lo suficientemente fuerte como para desmantelar la corrupción, juzgar a los culpables e instalar un nuevo sistema político al servicio de los ciudadanos y no de las élites, un nuevo sistema que pueda solucionar los graves déficits que sufre el país. No estamos hablando de Irán, ni de Cuba, ni de Siria, ni de Corea del Norte, ni de Venezuela.  

domingo, 7 de febrero de 2010

LA COMUNITAT, LA PEOR NOVELA DE LA HISTORIA, POR PACO CAMPOS. CAPÍTULO NOVENO

(Atención: Esta novela consta aproximadamente de diez capítulos. Para leerla desde el principio, pincha aquí.)



Tras regresar a los Estados Unidos, los acontecimientos se desarrollaron exactamente como Obama Daitorio los había planeado. El nuevo proyecto empresarial de Manolo, apoyado con fondos del Departamento de Estado, del Pentagono y del Grupo Bilderberg, se había convertido en uno de los pocos negocios rentables en época de crisis, gracias a la fórmula, simple pero irresistible en tiempos tan difíles, de ofrecer al endeudado público americano grandes cantidades de cerveza barata acompañada de tapas simples, rápidas, deliciosas. Y gracias a los ahorros en higiene de sus locales, a la falta de decoración de los mismos y a nula formación de los empleados, el precio de las tapas era del todo imposible de igualar por la competencia. Sin derrochar ni un solo kilowatio de energía, ni un mísero centavo de dólar, ni en publicidad, ni en la presentación de los platos, ni en limpieza, ni en adornos absurdos. En definitiva, en todo ese tipo de bobadas que tanto les gustaban a los americanos hasta que llegó la crisis, pero que a Manolo no le complacían en absoluto, pues las consideraba simples mariconadas propias de metrosexuales y elitistas progres.

En poco tiempo, el Aguas Manolo se había convertido en uno de los establecimientos familiares más conocidos del paisaje urbano yanqui, extendiéndose no sólo por la ciudad de Washington y su estado, sino por todos los territorios al norte de la frontera con Méjico, incluyendo el Canadá y Groenlandia . Era una gran satisfacción para Manolo que su negocio hubiera triunfado en el país de los emprendedores, aunque tuviera un nombre tan raro como“Embajada de Estados Unidos”, extrañísimo nombre para un bar. Pero al fin y al cabo, ese es el nombre que le había pedido Obama Daitorio, y si Obama Daitorio se lo había dicho, el primer presidente negro, el líder del cambio, significaba entonces que ése era el nombre adecuado.

Sin embargo, lo que Manolo no se le había llegado a ocurrir es que el simple hecho de que su bar se llamara así había convertido el cambio de régimen en Estados Unidos, por primera vez en décadas, ya no sólo en algo factible, sino más bien en un acontecimiento del todo inevitable, en una predicción científica con un margen de error inferior al cero por ciento.

La suerte estaba echada. Pues aunque el chiste no tenía demasiada gracia, la realidad es que razón no le faltaba en absoluto. Desde hacía más de un siglo, en todos los países americanos se habían sucedido continuamente golpes de Estado organizados por Estados Unidos contra gobiernos democráticamente electos, siendo el único país en el que no había sucedido ninguno precisamente Estados Unidos. Y la explicación era, como decía Chávez, que en los Estados Unidos no había embajada de los Estados Unidos. Pero ahora, gracias a Dios y a Manolo, y al genial plan de Obama Daitorio, no existía sólo una, sino una verdadera cadena nacional de embajadas, centenares de embajadas americanas repartidas por todo el territorio de Estados Unidos. Así que el golpe era sólo una cuestión de segundos.

Y fue el propio Obama Daitorio el encargado de ejecutarlo. Él mismo se desplazó un martes por la mañana al Aguas Manolo de su barrio, pidió un carajillo del tiempo, un tercio, y medio bocadillo de tortilla, y le preguntó al Manolo yanqui que se encargaba de aquel local si podía utilizar el verde teléfono de monedillas. Desde ese teléfono que nadie había utilizado en siglos, que estaba lleno de telarañas y que por supuesto se quedaba siempre el cambio, Obama Daitorio llamó al jefe del Estado Mayor de Estados Unidos y le ordenó que esa noche secuestrara al Presidente Obama Daitorio, que lo sacara de su casa en pijama y que lo trasladara por la fuerza a Nicaragua.

El Golpe fue condenado por la mayoría de los países del mundo, incluyendo a la administración Obama, quien sin embargo no hizo nada por restablecer el orden constitucional y se dedicó a apoyar a los golpistas bajo cuerda mientras se prodigaba en declaraciones ambivalentes y contradictorias. Ello provocó, tal como esperaba el Presidente, una espectacular respuesta a nivel nacional por parte de los ciudadanos americanos, que estaban ya hartos de tantos años de mentiras continuas a los que se añadía ahora el peso de la crisis sobre sus espaldas y la indignación por el hecho de que el fenómeno Obama no fuera sino otro más de los continuos fraudes políticos a los que habían sido sometidos. Además, les habían comido tanto la cabeza con la propaganda sobre la democracia, y con el cuento de que eran un país especal, que no podían tolerar un golpe de estado en su propio territorio, y por ello pedían a Obama Daitorio más determinación contra Obama Daitorio y que apoyara de una vez la restitución de Obama Daitorio, el presidente democráticamente electo por una abrumadora mayoría de norteamericanos.

Manifestaciones multitudinarias, sin precedentes en el país de las barras y las estrellas, se extendieron desde los nucleos urbanos más grandes hasta paralizar la nación, y, por ende, a todo el planeta. El gobierno reaccionó con contundencia, encarcelando a miles de manifestantes y declarando el toque de queda. Pero esa represión, en vez de apaciguar las protestas, tuvo el efecto contrario: el de acrecentarlas y radicalizarlas. Así que ahora los manifestantes ya no le pedían sñolo a Obama Daitorio la mera restitución de Obama Daitorio y el procesamiento de Obama Daitorio, sino que también exigían la dimisión de todos los senadores, la abolición del sistema en sí y que éste fuera cambiado desde aquel mismo momento por un régimen chavista y fundamentalista parecido al de Corea del Norte, pero con Fidel Castro como presidente honorífico y vitalicio. Por fin se abría una ventana de esperanza en los Estados, y el país se liberaba del yugo de la banca sionista después de largas décadas de tiranía.

Como esperaba Obama Daitorio, el golpe no tardó en llevarse por delante al Multimillonario Máximo, el máximo responsable mundial del crimen organizado y de la lucha contra la paz y democracia. Pues Emamens había sido ya identificado por los revolucionarios en una fase temprana del proceso, quedando en arresto domiciliario en un edificio rascacielos de oficinas de Nueva York que llevaba su propio nombre, sin que el nuevo gobierno pro-ruso y fundamentalista chií que se había instalado en Washington supiera qué hacer con él; si llevarlo a juicio, obligarle a que se exiliara, o arrojarlo directamente al río Hudson. La mayoría de los lacayos del Multimillonario Máximo, incluyendo a varios premios Nóbel de la Paz, habían sido también arrestados y permanecían bajo custodia a la espera de ser juzgados, mientras que otros habían consegido huir al Reino Unido, Israel o Colombia, los únicos países que seguían reconociendo al antiguo régimen. En cuanto al Príncipe de la Tinieblas, el malvado Darth Maul, murió por casualidad ese día. Todos sus sueños de conseguir el poder mundial, alcanzar la inmortalidad, y convertirse así en un dios él mismo, sueños por los que había peleado con tanto tesón desde niño, y a los que había dedicado buena parte de su juventud, quedaban así perdidos en el olvido.

Justo ahora que tenía planeado acabar con el propio Multimillonario Máximo para quedarse para uso exclusivo con la fórmula de la Inmortalidad que su superejército de científicos clandestino estaba a punto de descubrir. Ocurrió el día en que, tras introducirle con éxito unos implantes montruosos recién inventados, su médico le había dicho que ya estaba curado y podía que salir a su propio pie a la calle a hacer el mal todo lo que le diera la gana. Al final había resultado que su enfermedad era un simple tumor benigno, que no hubiera supuesto ni siquiera una molestia a una persona normal, pero que al surgir en el interior de alguien tan maligno como el Príncipe, cuyo interior era puro cáncer capitalista exaltado, le había provocado una reacción adversa y casi mortal que ningún médico no cubano había podido entender durante años. Al final el Doctor Candel sólo lo había conseguido curar in extremis induciendo tumores malignos que devoraran al tumor original bondadoso.

Así, el destino de ese hombre malvado se zanjó de manera absurda cuando habiéndose curado de su enfermedad, y contento como un chiquillo, nada más salir del hospital, pisó una cáscara de plátano y cayó al suelo, abriéndose la cabeza en dos y surgiendo de ésta pequeños arcos rojos que palpitaban suavemente en el alegre sol de la mañana

El único de la cuadrilla del mal que había tenido tiempo para ponerse a buen recaudo era el sobrino de Obama Daitorio, Julien Sorel Skywalker Peris, que controlaba todas las comunicaciones y que había sido consciente en todo momento de los ingeniosos movimientos de Obama Daitorio.

De hecho, todo estaba le saliendo a Skywalker tal como lo había planeado, desde el momento en que había sido cooptado por el Príncipe de las Tinieblas para ingresar en en su grupo de Caballeros Oscuros que aspiraban a la dominación mundial. Haciendo gala de una maldad sin límites, había conseguido después el puesto en el cargo de Presidente verdadero, que entrañaba a su vez la supervisión del presidente tapadera, sustituyendo en esa función al Príncipe de las Tinieblas al que él mismo había envenenado introduciendo en secreto en su organismo una célula de bien, solidaridad, justicia y socialismo. Al quitarse de encima ese rival, toda su estrategia para con el Obama Daitorio había consistido de una consigna muy simple y muy clara: sacarlo de quicio tanto como fuera posible.

Obligarle a renunciar una y otra vez a sus ideales y a llevar a cabo una política ultraderechista más estúpida que la del propio Bush. Sacarlo de los nervios hasta que no aguantara más y viera que el problema no era un partido u otro, o esta persona o aquella, sino la propia corrupción y avaricia de poder del sistema capitalista. Desde el primer momento Anakin Sorel sabía que, si le hacía sentir verdadera rabia, como la que había sentido él tras el ataque terrorista de Egipto, Obama Daitorio se revelaría contra el mundo. Y siendo en el fondo un ser de profunda inteligencia y de grandes convicciones morales, sin duda encontraría la manera de enfrentarse abiertamente al sistema y, con la ayuda de Anakin, si hiciera falta, cambiarlo.

De hecho, años después de la Revolución, cuando los dos se pudieron reencontrar en persona, precisamente en Egipto,rememoraron la jugada desde todos los ángulos y las perspectivas posibles, y Obama Daitorio felicitó con sinceridad, admiración y agradecimiento, el genial movimiento ajedrecístico de Skywalker Peris, volviéndole a llamar sobrino, aunqur en esta ocasión lo dijera en broma y con cariño.

Fue en el último momento de su ataque terrorista contra los tres de las Azores cuando Anakin Skywalker Julien Sorel Peris había caído por fin en la cuenta de que no se podía vencer a un Imperio entero si no se hacía desde dentro. Se había visto en el dilema de tener que matar a pesonas que en el fondo eran tan inocentes como cualquiera. Eran productos industriales que se podían crear en un laboratorio, igual que el Makudo y al contrario que el establecimiento Aguas Manolo. El sistema podía producir en masa cientos de presidentes como Aznar, Zapatero o Berlusconi cada año, pero no un verdadero líder. Los líderes verdaderos, con profundidad intelectual y Fuerza, del estilo de Chávez, Evo Morales o Correa; hombres capaces de inspirar a un Pueblo entero para cambiar un país en poco tiempo, de esos salía uno cada cien años, fruto del azar, de la rabia, del estudio, quién lo supiera. Sólo le quedaba que meterse en el núcleo central de la maquina, en el sistema operativo de la bestia, y reconfigurarlo con la ayuda del pueblo.

También el propio Multimillonario Máximo le reconoció a Anakin su jugada genial. Skywalker acudió a despedirse de él definitivamente cuando éste se encontraba en arresto domiciliario en su propio rascata. Para tenderle la trampa de las Azores, él y el Príncipe habían tenido que cambiar años antes el resultado de las elecciones americanas haciendo que fuera elegido un individuo que siempre gustaba de llevar armas encima. Pero Sorel se había ido dado cuenta conforme se acercaba el momento clave de que los fallos en la seguridad del evento no podían sino ser intencionados, y de que si desde hacía un tiempo habían dejado de intentar asesinarle era porque le querían vivo. Sin duda querían reclutarle para trabajar por el sistema, igual que habían hecho en el pasado con tantos combatientes árabes, asiáticos y latinoamericanos, muchos de ellos amigos suyos. Sabía queen aquella desolada noche en el hospital del Cairo no habían ido a matarle, sino a secuestrarle o a atemorizarle. Y ello indicaba que tenían a Ryori también. De hecho, fue parte del acuerdo desde el principio. Ryori sería mantenida con vida mientras Anakin Peris trabajara para él. Y Anakin renunciaría a todo intento por recuperarla y se comprometaría a hacer el mal eternamente y a colaborar en la consecución de los intereses del Bilderberg.

El problema es que el Multimillonario Máximo, cada vez más preocupado de conseguir la Fórmula, no había sido capaz de ver la traición que se le venía encima. Por eso, cuando encarcelado en su propio despacho, Anakin se acercó a visitarlo, todavía pensaba que nuestro héroe se hallaba a sus ódenes y que había venido a rescaterle, a explicarle la situación y a ayudarle a revertirla. Pero entonces Skywalker, con una afable sonrisa de resignación, imitó el movimiento mediante el cual Bush le había disparado a él, años antes, en las Azores. Aunque esta vez, sin apretar el gatillo. Y Emamens entendió perfectamente el mensaje, y se hizo una idea de la irreversibilidad de su derrota y de la manera en que ésta había sido materializada.

Durante tantos años, se había sentido tan orgulloso de la jugada mediante la cual había conseguido hacerle pasar a su lado, que no se le había ocurrido pensar que se podía tratar de un gambito de su oponente. Se había emborrachado de victoria, igual que le había ocurrido a las élites en general al opinar que cla caída de la Unión Soviética significaba la victoria definitiva del capitalismo. La derrota del Multimillonario Máximo ocurría justo ahora que sus científicos a sueldo estaban a punto de descubrir la fórmula de la Inomrtalidad, y que empezaba a implementar su plan para erradicar a un gran parte de la raza humana, esos “estómagos hambrientos” que tanto poder y recursos le habían robado. Pero al fin y al cabo, él era un ser humano también, aunque por mucho tiempo se hubiera sentido amo y señor del universo. Y en aquel instante sintió una gran admiración por su oponente, la misma que en tiempos antiguos le había llevado a perseguirle por toda Europa, Oriente Medio y Sudamérica con el objetivo de capturar su alma.

La suerte estába echada. E incluso sin arma alguna apuntándole a la cabeza podía comprender perfectamente que había perdido. Sólo puso una condición a Skywalker a cambio de la liberación de Ryori. Y enseguida, mediante una sola llamada de teléfono, hizo que ésta fuera liberada y que al fin pudiera salir del lugar en el que la había tenido tantos años secuestrada.Al rato pudieron por fin hablar Julien y ella por teléfono. Ella le confirmó que estaba bien, que le había esperándole todo este tiempo y que sabía que tardo o temprano encontraría la manera de salvarla.

Aunque las lágrimas que le bañaban ahora el rostro eran más de alegría que de rabia, Julien Sorel Anakin Skywalker Peris decidió que la mejor venganza que podría comenter en ese momento era dejar de cumplir de su parte del trato.

No asesinaría al “Príncipe de las Tinieblas”. Un ser tan abyecto no merecía esa recompensa, morir antes de mirar a los ojos de sus víctimas. Anakin además tenía prisa por reencontrarse con su esposa. “No hay castigo más justo a tu vileza que el ser juzgado por esos estómagos hambrientos que tanto odias.”Eso le dijo, y enseguida el Héroe ya estaba corriendo rascacielos abajo. Sería por lo tanto un tribunal chavista el que decidiría la suerte de ese enfermo mental.

Anakin, por su parte, había decidido abandonar para siempre la lucha política. Ya había colaborado en la parte más difícil, empujando al pueblo hacia su propia liberación. Y si se mantenía en el proceso, puede que él mismo se convirtiera en el futuro en uno de los miembros del futuro gobierno. Pero él no tenía nada de gestor, en el fondo no era sino un simple chico egipcio al que le gusaba cazar lagartijas. Quizás fuera el propio Daitorio, ese sí que servía, a la vista de la que acababa de montar. O puede que otro líder surgido espontáneamente del pueblo durante el proceso revolucionario.

Mientras se dirigia al lugar de encuentro con Ryori, le llegó la noticia de que una importante fuerza contrarrevolucionaria, que aglutinaba a decenas de miles de valencianos descontentos desde hace tiempo con el curso de los acontecimientos, se había hecho ya con el control de la Comunitat Valenciana y se dirigía en masa hacia Washington para intentar volver a colocar un gobierno anti egicpio en la Casa Blanca. Esa fuerza había sido al parecer organizada por una coalición de ex dirigentes zaplanistas apoyados por una inmensa cantidad de ciudadanos normales y por un la gran mayoría de los falleros de la ciudad; todos ellos unidos en oposición a la nueva realidad valenciana, de la cual culpaban Zapatero y a los extremistas de El Cairo. Habían aprovechado el fácil acceso a grandes cantidades de explosivos por parte de los falleros para organizar y armar grupos militares con los que organizar un levantamiento popular enfrentarse al gobierno.

Skywalker legó por fin a la puerta de la cárcel, donde tras tantos años se encontró con Ryori y lloró pegando su rostro al de ella. Por el contrario, ella se encontraba alegre y tranquila. Dijo que se había hecho amiga de los carceleros al contarles su historia, lo que había hecho que se enternecieran y que la trataran desde el primer día con gran atención y cariño. Ella le agarró del brazo y le hizo echar a caminar hacia el centro, como si se tratara de una cita normal, como cuando quedaban para pasear después de clase por barrio antiguo de El Cairo.

Afuera, la ciudad de Washington había sido tomada por los paramilitares falleros y por el resto del pueblo valenciano, que marchaba sobre el capitolio para exigir el retorno de un gobierno reaccionario. Los valencianos, amantes del ruido como nadie, conseguían con gran efectividad ir provocando el caos por donde pasaban, lanzando petardos y fuegos artificiales, cantando canciones regionalistas, destruyendo o prendiendo fuego a todo lo que desde su punto de vista oliera a egipcio. Portaban con ellas pancartas con consignas como “!Viva Zaplana!”, ”Exigim el trasvasament”,”Sanidad pública de pago”,”Sí a la destrucció del Patrimonio” !Más especulación!””Volem corrupció!” y”No mos fareu egipcis”. En la cabezera de la manifestación iban encapuchados varios de los máximos dirigentes zaplanistas de la Generalitat de antes de la crisis.

Al salir del módulo especial de la cárcel donde los delincuentes de corbata y traje eran sometidos a atenciones dignas de las que recibían algunos jefes de Estado, los ojos de Skywalker se cruzaron con los de uno de los cabecillas encapuchados de la mani, que al parecer formaba parte de un pequeño grupo de fieles que se habían separado de la marcha principal. Su objetivo era asaltar la cárcel y sacar al President de la Generalitat para que formara un nuevo gobierno, de orientación zaplanista, que devolviera a la Comunitat a sus tiempos de esplendor, trayendo a la Comunitat agua, la Formula U, especulación inmobiliaria y la Copa América.

En realidad, el Presidente de la Generalitat había muerto en la cárcel en las últimas horas del disgusto que le había provocado el conocer que al fin los egipcios habían conseguido su objetivo de acabar con la Comunitat y romper España. Pero eso sólo lo sabía el malvado Peris, el Empresario Zaplanista con mayúscula. Y no pensaba permitir que ningún valenciano lo supiera. Pues ya había de hecho vandalizado el zoo para robar un caballo que tenía preparado para que el presidente hiciera su entrada triunfal en la ciudad del Turia, reconquistando la ciudad después de vivo, como el cid en el pasado, entrando precisamente por la Avenida del Cid.

Alguien acababa de gritar: “Mireu, un egipci, mateu-lo!” Y en las milésimas de segundo que le costó a Anakin discernir la identidad de esa mirada que le resultaba tan familiar, otro encapuchado le prodigó sendos disparos que le impactaron en el brazo y en el estómago, haciéndolo caer al suelo al instante. Y aunque rápido se revolvió el valiente joven egipcio contra el agresor, ya era demasiado tarde. Los guardias de seguridad de la cárcel, junto con fuerzas leales al gobierno legítimo, se habían enfrascado en un tiroteo contra los paramilitares zaplanistas. Así que, si bien Anakin estaba en un segundo apuntando de nuevo a su enemigo, comprobó con rabia que no podía disparar, impotente al ver que el encapuchado había cogido a Rie como rehén y huía parapateándose entre la multitud. El villano entonces, llevando consigo a la pobre chica, consiguió subir a un cadillac negro y se escapó sin que Anakin pudiera hacer nada por evitarlo.