viernes, 29 de agosto de 2008

DIMITRI ORLOV

No suelo dedicar artículos de mi blog a recomendar artículos de otros, pues El Chino Muerto es tan excelente y abarca tal riqueza temática que su lectura produce en el alma un estado de felicidad verdadera y completa, a la vez que suministra al espíritu humano toda la variedad de ingredientes culturales, políticos, y humorísticos que éste necesita para crecer y enaltecerse. Mis lectores alcanzan de esa manera una vida plena y satisfecha, que se deleita en la contemplación de las verdades celestiales emanadas de la deslumbrante verdad de mis textos y de la prodigiosa geometría de sus irrefutables argumentos, verdadero nexo de unión con la divinidad y con las formas Inmutables de las que la Naturaleza es reflejo.

Sin embargo, de vez en cuando me encuentro algún texto interesante no escrito por mí, y que resulta interesante por reflejar algún aspecto de la realidad del que no tengo conocimiento de primera mano. El texto actual es de un tal Dimitri Orlov, un exiliado soviético que vive en los Estados Unidos pero que conoció directamente la gran crisis que se vivió en la Rusia de los años 90 y que provocó que de un día para otro el país dejara de funcionar, los supermercados se vaciaran de productos, las gasoferas dejaran de tener gasolina y que cosas tan básicas como la calefacción o el agua caliente dejaran de existir durante un periodo de varios años.

En este artículo, el tal Orlov encuentra grandes paralelismos entre el momento previo a esa gran crisis y la situación actual de los Estados Unidos, y afirma con todo el convencimiento y una serie de argumentos bastante plausibles por qué un inminente colapso del Imperio yanqui es casi inevitable. A continuación da una serie de valiosos consejos para sobrevivir en una economía colapsada tras un evento de tal magnitud.

Además de lo útiles que resultarán esos consejos para cuando ese tipo de crisis ocurra en España (puede que dentro de bastante poco), el texto en sí es un placer porque está muy bien escrito y hace gala de un extraordinario sentido del humor (negro) a la hora de narrar con todo detalle la vida de los rusos de después de la gran crisis y de explicar cómo tuvieron que buscarse la vida para salir adelante en una época en la que prácticamente volvieron a la Edad Media de un día para otro. En los últimos apartados, compara el grado de preparación de la sociedad soviética de antes de esa gran crisis con el grado de preparación de la sociedad americana actual, que lo tiene mucho más crudo dado su mayor dependencia energética, dispersión urbanística, individualismo y ausencia de estructuras comunitarias y de transporte público.

Al final del texto, el autor deja una inquietante pregunta. ¿A cuál de los dos países se parece más tu país?