miércoles, 24 de diciembre de 2008

CÓMO SALIR DE LA CRISIS DE MANERA SIMPLE Y EFECTIVA: EL SISTEMA QUE TODOS LOS MEDIOS TRATAN DE SILENCIAR


Una de las primeras cosas que me recomendó el gobierno japonés cuando me vine a vivir a Osaka es que me diera de alta en la seguridad social, pues una estancia en un hospital japonés cuesta varios miles de euros al día, así que si no tienes un seguro los hospitales se niegan directamente a aceptarte por miedo a que te vayas sin pagar. Si te afilias a la seguridad social, sin embargo, la sanidad publica sigue sin ser gratuita pero el precio deja de ser abusivo, y además la afiliación tampoco es gratis, sino que hay que abonar una cuota que para los extranjeros es alrededor de unos 10 € al mes (para los japoneses es más caro), que se sueltan de golpe, con una periodicidad trimestal.

Dado que el proceso de inscripicón dura varias semanas, el estar todo ese tiempo sin cobertura médica fue causa de cierta preocupación, pues cualquier mínimo percance que exigiera una hospitalización habría significado mi ruina económica, o quizás incluso la muerte. Durante ese tiempo, ciertos dolores de muelas que traía de España y que no fueron sometidos a tratamiento por falta de tiempo, se curaron repentinamente al llegar a Japón y averiguar cómo funcionaba la sanidad en ese país, con lo cual sospecho que, como afirman muchos expertos, el origen de algunas enfermedades físicas es en parte psicosomático o inducido por el propio organismo, que también tiene capacidades autocurativas, como bien saben los chamanes aztecas, y también los curanderos místicos austro-húngaros que habitan desde épocas ancestrales en el Kurdistán malayo. Básicamente, mi mente llegó a la conclusión de que era mejor arreglárnoslas por nosotros mismos que pagarle una estancia en Hawai a un dentista japo, así que los dolores desaparecieron como por arte de magia y ha raíz de ello me vino a la cabeza una ingeniosa idea.

De manera que ahora el capitalismo mundial ha entrado en crisis, por culpa de los especuladores sionistas de Wall Street y de la City de Londres, y aquí en España por culpa de unos banqueros que han jugado al bingo con los ahorros de los ciudadanos, de unos gobiernos y ayuntamientos de todos los signos que han fomentado la burbuja inmobiliaria o que han mirado a otro lado, de una prensa servil que ha manipulado a la población hasta hacerla creer que éramos un país próspero y democrático cuando en realidad era y es un secreto a voces que la corrupción es generalizada en todos los niveles de nuestro sistema (sistema que además que se basa en premisas absurdas y acientíficas como que el crecimiento infinito es posible aún cuando los recursos en los que éste se basa sean limitados), y finalmente de una población que ha preferido autoengañarse y apoyar ese modelo corrupto pensando que se enriquecería por arte de magia, comprándose una casa a la que quedaría esclavizado de por vida, pero eso sí, la casa aumentaría de valor milagrosamente al cabo de los años, haciendonos ricos de repente, aunque nadie supiera muy bien por qué.

Pues bien, como lo mejor es no cambiar nada y echarle la culpa a Zapatero o a Bush y continuar siendo imbéciles, mi experiencia japonesa me ha dado una idea para mantener el sistema sin tener que despedir a miles de trabajadores. Se trata crear otra burbuja especulativa igual de absurda que la anterior pero mucho más efectiva, que se conseguiría suprimiendo la seguridad social gratuita durante varios meses, y volviendo rápidamente con ello al superávit en las cuentas públicas. Aunque nunca he sabido muy bien por qué para un tipo que tiene un yate y dos Mercedes la sanidad tiene que ser gratis, esta vez se trataría de decirle a toda la población española que a partir de ahora la sanidad pasa a ser de pago (aunque en realidad sería mentira, seguiría siendo gratuita). Así, hasta que se descubriera la verdad, mucha gente se curaría a sí misma o dejaría de ir al médico para tonterías durante ese periodo, y sólo irían los que de verdad lo necesitaran. Con esa medida, ahorraríamos en poco tiempo una cantidad ingente de dinero en tratamientos, que emplearíamos en crear una nueva burbuja mucho mejor que la anterior.

Por ejemplo, podríamos construír un monorraíl gigante que diera la vuelta a todo el territorio español y que volvería a aumentar el precio del suelo en los sitios por donde pasara, y así crearíamos empleo y riqueza y daríamos alas a todos los zaplanistas que se han quedado ociosos por la crisis, o podríamos levantar un sistema de ferrocarriles metropolitanos subterráneos que uniera todos los pueblos de España, o directamente podríamos montar cientos de fábricas de coches que aunque no hagan falta para nada darían empleo, los coches que fabricáramos los reventaríamos directamente tirándolos por un barranco, así tendríamos que crear de nuevo más coches, !más empleo! y de paso el festival revientacoches atraería a todos los guiris borrachos del mundo, atraería más turismo que Fallas y San Fermín juntos. O si mi plan fuera seguido a nivel mundial, quizás conseguiríamos el dinero sufiente para investigar la manera más de transladarnos a otro planeta y arrasarlo también.

Por supuesto, eliminar la cobertura médica gratuita sería bastante impopular y la gente saldría a la calle a manifestarse, pero para eso están los ejércitos, para reprimir a manifestantes enfervorizados, no para repartir caramelos en Afganistán ni para para ayudar a las niñas bosnias a peinar a sus muñecas.

lunes, 22 de diciembre de 2008

CIUDADES QUE NO EXISTEN EN LOS MAPAS: OSAKA

El cauce del Turia atraviesa por el centro la ciudad de Osaka (ciudad en la que siempre es de noche), con la particularidad de que por su lecho no fluye corriente alguna, pues donde antaño hubo un río, ahora hay un deteriorado parque con de atracciones de feria abandonadas como en una película americana de terror de los años ochenta. A los lados de ese sucio y peligroso parque, se levanta la monstruosa ciudad de Osaka, con sus enormes bloques de cemento de altura aleatoria y con las luces de neón de los salones recreativos y de los clubes de alterne.

Apenas hay un puñado de monumentos históricos en Osaka. Se trata de enormes cúpulas sin edificio, semejantes a gigantescos cascos de bronce oxidados, que descansan directamente sobre la sucia acera, a veces en grupos de varios cascos y a veces individualmente, como la gran cúpula de cientos de metros de diamétro que preside la Alameda, cúpula que sería el principal atractivo turístico de la ciudad si ésta recibiera turismo alguno. La Alameda, que discurre en paralelo al Turia, es la única zona elegante de la ciudad, y también el único barrio en el que se hace de día y de noche.

La Alameda destaca por la presencia, muy infrecuente en todo Japón y sobretodo en Osaka, de jardines, setos y algún tipo de decoración urbana. En esta zona predominan los bares españoles de diseño (pijo), en los que se realizan degustaciones gratuitas de jamón ibérico de calidad.

El metro de Osaka es uno de los más eficientes del mundo, pues translada a los ciudadanos a sus lugares de trabajo con rapidez y puntualidad sorprendentes. Los trenes son lanzados con un enorme cañón de una estación a otra, y van rebotando entre pasillos y subiendo escaleras hasta llegar a su destino, el siguiente cañón, ayudados por enormes imanes que impiden que descarrirlen.