lunes, 5 de noviembre de 2007

EXCELENTE CONVERSACIÓN SURREALISTA JUNTO A LAS TORRES DE SERRANO

Este es un diálogo totalmente real que tuvo lugar ayer a eso de las 9 de la noche junto a las torres de Serrano de Valencia. Estaba sentado tranquilamente en un banco con mi novia, cuando un tipo sudamericano que no conocía de nada empezó a taladrarme; así que le seguí la bola con naturalidad, y se acabo produciendo una breve pero intensa conversación surrealista de gran calidad, digna de las películas de El Comité y de Sueling Productions, -hasta el punto de que estoy pensando en hacer un guión basándome en este diálogo; si bien, como últimamente tenemos demasiadas películas, creo que lo que haré es mezclar este argumento con el otro en el que el Perillas (Góngora) asesina a sus víctimas femeninas y luego conserva en el congelador la parte mejor de cada una, con el objetivo de juntar todas las partes y fabricar la mujer ideal-.

Este es el diálogo completo tal como ocurrió exactamente. Adjunto una foto de las Torres de Serrano para que los que no conozcan Valensia visualicen mejor la situación



Un tipo sentado con su novia en uno de los banquitos al pie de las torres de Serrano. Llega un desconocido de origen latino, unos 30 años y bastante bien vestido, con el pelo engominado, y le empieza a taladrar. Mantienen una conversación como si fueran colegas de toda la vida.

-¿Qué altura tendrán?

-Ni idea, unos 40 o 50 metros, no lo sé.

-Es que me quiero suicidar.

-Los suicidios son hasta las 8. A partir de esa hora creo que las torres están cerradas.

-Es que me ha dejado mi parienta.

-No importa, hay un montón.

-Era así de gorda (abriendo los brazos al máximo)

-También hay muchísima comida en casi todas partes.

-¿Usted cree que éste es un buen lugar para suicidarse?

-Sin duda. Gótico militar de excelente calidad. Bellísima tracería. Sencillas pero estilizadas almenas.

-Su novio es un hombre muy atractivo (dirigiéndose ahora a la chica). Créame, porque yo soy latino americano y de eso sé muchísimo. Usted es muy hermosa también. Les felicito.

-Gracias. No olvide intentar caer al suelo de cabeza, pues si cayera de pie, las posibilidades de morir serían mucho menores, a parte de algunos huesos rotos, y el objetivo de esto no es otro que una muerte instantánea.

-Tiene usted razón. Gracias por su consejo, buen señor.

-Gracias a usted. Le deseo mucha suerte, a la hora de acometer tan intrépida gesta.