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sábado, 30 de agosto de 2008

TUBE GOING TO HELL

You tried to defeat communism
but what you got was the end of the community.

You tried to destroy socialism
but what you actually destroyed is called “society”.

You turned human being into “costumer”.
You turned nature into “resources”.

Then you spread Terror.

There are no streets in London, only roads.
So people just go to work.

There are no squares, but junctions.
So no one can talk.

There is a tube
going to hell.

MIND THE GAP BETWEEN THE TRAIN AND THE PLATTFORM

viernes, 8 de agosto de 2008

PATRIMONIO DE LA INHUMANIDAD: LÍNEA 25 DE LOS AUTOBUSES URBANOS DE LONDRES

Probablemente el autobús urbano que peor funciona en cualquier país de la Unión Europea y parte del tercer mundo. Tarda casi una hora y media en cubrir una distancia que el metro cubre en 20 minutos, pero está siempre a reventar porque en Londres el metro está privatizado y es un medio de transporte de élites, pues el precio de un billete simple de una sola zona es superior a los 5€. Por eso toda la población trabajadora de la ciudad tiene que utilizar el autobús, y en particular esta línea está saturada porque es la que atraviesa todo el este de la ciudad, zona en la que se suceden durante decenas de kilómetros todo tipo de suburbios y de ghettos en los que se hacinan las diversas comunidades étnicas que malviven en la capital británica: el barrio bengalí, el barrio brasileño, el barrio pakistaní, el barrio de los cockneys, etc. Se trata por lo tanto de un autobús que siempre va exageradamente lleno incluso los domingos, con gente de todas las nacionalidades pobres del mundo, incluyendo los especímenes más exóticos, mezclados, sudados y apretujados entre sí: mujeres con burka, hooligans, rastas, limones, pervertidos, hindúes, gente tocando el bongo, preadolescentes ingleses de los suburbios bebiendo chela, peleando entre ellos e increpando a viejos, gente armada con navajas, árabes que pirulan por Londres con las vestimentas típicas de su tribu, pordioseros británicos bebiendo de una botella de güisqui que llevan dentro de una bolsa, futuros terroristas suicidas, cockneys maleducados...; es el típico autobús que llega hasta el centro atravesando 10 o 12 barrios chungos que no disponen de otra línea de bus, y como todo el mundo la utiliza para ir al centro pues nadie tiene por qué ir de un barrio chungo a otro, en cada parada suben 30 personas y no baja nadie excepto en la última. Siempre está a reventar y el interior huele fatal y además es el clásico bus que tarda media hora y cuando por fin llega aparecen tres seguidos, los tres llenos; por si fuera poco el paisaje exterior durante todo el trayecto es horrible y deprimente, se trata de una autopista recta de varios kilómetros sin un solo árbol en la que siempre hay un montón de tráfico y que cruza los barrios más feos de Europa, con tremendos bloques de ladrillo estilo soviético a ambos lados o edificios de vivienda pública de 40 alturas que parece que se vayan a caer en cualquier momento.

Por su gran hostilidad y también por su representatividad como metáfora del estilo de vida londinense y de las grandes diferencias entre el modo de vida de la élite y el del resto de la gente -en definitiva, como metáfora de nuestro mundo-, el Chino Muerto ha decidido incluir esta línea de autobuses en su lista de Patrimonios Mundiales de la Inhumanidad.

lunes, 16 de junio de 2008

LOS EXTREMISTAS PROBRITÁNICOS SE LANZAN A POR EL PODER

"...absurda disertación sobre porqué Espe será pro-británica sin caer en lo facil que será seguramente es porque estudió en un colegio británico o por su extensa y estrecha relación con el Reino Unido, hasta el punto de que llegó a ser nombrada Dama Comandante Honoraria de la Orden del Imperio Británico..."

Recuerdo que hace varios años leí una entrevista a Esperanza Aguirre en la cual la por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid declaraba ser admiradora de la cultura y del modo de vida británicos y también que el Reino Unido era una de sus referencias constantes a la hora de hacer política. Por aquel entonces yo no habría sido capaz -tampoco lo sería ahora- de imaginar por qué razón podría hacer tal declaración de amor hacia el peor país del mundo alguien que ha vivido la mayor parte de su vida en España. Lo único que me viene a la cabeza como estereotipo de español probritánico sería un tarado de unos cuarenta años, con un empleo normal -digamos de oficinista en una empresa de seguros-, casado, con hijos, más bien algo obeso y cuya mayor pasión en su tiempo libre serían la de ver y coleccionar películas de James Bond y la de escuchar a los Beatles.

En esa época yo no sabía demasiado sobre el funcionamiento de las cosas -ese mecanismo absurdo e implacable al que llamamos la realidad-, y mi visión de la vida era similar a la que ofrecen los telediarios y los triángulos de queso el Caserío. Así que no hallé objección alguna a una declaración tan siniestra. Si bien, -por algún extraño motivo que todavía no alcanzo a averiguar- esa opinión se me quedó grabada en la mente hasta el día de hoy.

Pues he aquí que estos días he vuelto a reflexionar sobre el tema. He estado atando ciertos cabos que parten de la situación económica actual, tanto en España como el mundo, y éstos me han llevado inexorablemente hasta las opiniones expresadas en aquella entrevista. Para empezar, he caído en la cuenta de que, si Esperanza no escuchara a los Beatles ni fuera aficionada a 007, sólo se me ocurrirían tres razones para explicar sus filias hacia la pérfida Albión: una sería la mera ignorancia, la otra la pura maldad, y la última -y me temo que esta sería la verdadera-, una fatídica combinación de ambas.

Estoy convencido de que Esperanza Aguirre no tiene ni idea de lo dura que es la vida en las ciudades inglesas para la gente normal no perteneciente a las élites financieras, ciudades en ls que muchas personas de más de 40 años con un empleo medio o medio alto siguen viviendo en pisos de estudiantes, donde matrimonios ingleses con hijos comparten casa con emigrantes y donde existen tipos que se pasan 10 años de su vida compartiendo habitación con desconocidos, en viviendas en las que no hay salón porque éste ha sido convertido en otra habitación más para alquilar a toda costa. Un país, por cierto, con 4 millones de cámaras de seguridad grabando en las calles, 1 por cada 14 habitantes, las cuales hacen hacen que cada londinense sea grabado una media de más de 300 veces al día.

No creo que Esperanza tenga ni idea de eso, pues supongo que el conocimiento que pueda tenter de la sociedad británica le vendrá de haber hecho algún master en desregularización financiera, en especulación bursátil o en privatización de servicios sociales en alguna universidad elistista de ese país, o luego como Ministra de Cultura o como Presidenta de la Generalitat Madrileña habrá acudido a solemnes recepciones e inauguraciones en ayuntamientos del Reino Unido, donde habrá quedado abrumada por la rancia arquitectura neogótica de esos lugares, o a lo mejor simplemente se dedicaba a ver pelis de James Bond junto con algún aristócrata de los que llevan monóculo, o vete tú a saber en qué desperdiciaría esa gente el dinero público de los británicos.

O bien no es sólo una cuestión de ignorancia, sino de maldad, y se pasaban la tarde riéndose de los niños iraquíes que desde la invasión de los extremistas británicos y americanos no tienen luz ni agua potable y tienen que prostituirse o vender sus órganos para subsistir, y de que Inglaterra sea con casi total seguridad el país más hostil de la historia para sus habitantes y para el resto del mundo, habiendo provocado probablemente -y no sólo en tiempos del Imperio- más masacres, genocidios, hambrunas y deportaciones que los que hayan sido capaces de sumar la Alemania nazi, los conquistadores españoles, Israel, los Estados Unidos y la "Comunidad de Naciones Libres" todos juntos.

Pero a donde quería llegar yo hoy es al asunto de la crisis del PP, pues aparte de la inútil huelga de los transportistas, no se habla de otra cosa desde que Mariano Rajoy está intentando transformar su partido en un partido normal de extremo centro, confirmándose así como un el peor estratega político de la historia. En la pasada legislatura, cuando la economía española crecía a un ritmo frenético, se dedicó a hacer una oposición absurdamente exagerada y radical, obviando el hecho de que, en épocas de prosperidad y de estabilidad, los electores europeos y también los españoles huyen de los cambios radicales y prefieren las opciones más centristas. Y ahora, que parece que estamos a las puertas de una de las mayores crisis de los últimos cien años, ha decidido cambiar a la posición opuesta, obviando el hecho científicamente comprobado de que los españoles, igual que el resto de europeos, en tiempos de crisis apenas tardan en quitarse la máscara demócrata, y optan siempre por el candidato más fascista que esté avaliable en esos momentos. Y no hace falta citar algún ejemplo, ni histórico ni reciente, ¿verdad?

Como era previsible, los probritánicos más extremistas del PP están que trinan con su líder, al considerar que ya no es lo suficientemente fascista. El candidato preferido de los extremistas probritánicos es sin duda Esperanza Aguirre, una persona que estoy segura que en su vida diaria es la clásica abuela venerable y dulce que todos hemos tenido, una de esas abuelas que aman a su familia, en especial a sus nietos, y que se pasan un día entero preparándoles con devoción su tarta preferida cuando éstos van a ir a visitarla, y seguro que a su marido le deja el pijama limpio bajo la almohada, perfectamente doblado como a él le gusta, y lo prepara así todos los días con suma delicadeza y cariño. Pero como líder política, la impresión que da Esperanza Aguirre es la de ser una persona implacable y maquiavélica, que domina los medios de manera siniestra y cuyos movimientos están siempre perfectamente calculados con una única meta: consolidar su poder y hundir a sus enemigos. Cuenta además la Presidenta de la Generalitat Madrileña con el apoyo de las élites más poderosas y despiadadas del país. De hecho, se trata del único dirigente político en España que tiene el poder de repetir unas elecciones si los resultados no son de su agrado.

Es más que posible que Rajoy no pueda concluir la transformación de su partido y que sea finalmente Esperanza, u incluso otro candidato aún más radical y probritánico, quien lidere a los peperos en las próximas generales. Por supuesto que si la crisis que se nos viene encima es una crisis normal, algo más intensa pero en definitiva una más de las típicas crisis que se suceden cada 6 o 7 años en todos los países capitalistas, entonces los radicales probritánicos no tienen ni una posibilidad de volver al poder. Pero si como auguran algunos, se trata de una crisis sistémica y del colapso del sistema financiero mundial, con desabastecimiento energético y hambre incluso a escala europea, entonces la suerte está echada, y los españoles les recompensarán -a las mismas personas que han creado la crisis- otorgándoles directamente el gobierno de España.

Durante varios años, las élites probritánicas del mundo han estado robándonoslo todo en nuestras mismas narices mediante sus desregularizaciones, deslocalizaciones, hipotecas subprime, mercados de futuros, moderación salarial (sólo para los trabajadores, nunca para los directivos), acaparamientos de grano y de petróleo, especulación financiera, especulación inmobiliaria, especulación energética, especulación alimenticia, tratados de Lisboa, acuerdos de libre comercio, bajadas de impuestos a los ricos, etc., etc., etc., etc., etc., etc.

En los últimos meses, estos grupos fundamentalistas han redoblado su ataque a los ciudadanos de a pie y amenazan tomar el poder definitivo de la Unión Europea mediante el extremista Tratado de Lisboa de Merkel, Sarkosy, Brown y Berlusconi, con medidas aún más radicales que las que solían poner en práctica habitualmente, destacando su jornada laboral intensiva de 65 horas.

Mientras tanto, y no es de extrañar, pues se trata de simples mecanismos de distracción, los periódicos y los telediarios nos siguen contando fábulas protagonizadas por peligrosos islamo-fascistas y por terribles narco-guerrilleros-populistas-chavistas, y no hay medio comunicación alguno en España, excepto el Chino Muerto, que haya denunciado la mayor amenaza que existe sobre la faz de la tierra para la prosperidad global, para la paz, e incluso para la supervivencia del ser humano: los extremistas probritánicos. Si hubiera algo de justicia en el mundo, toda esta sarta de especuladores y de ladrones estaría ahora mismo en la cárcel.

Pero la realidad es vil y absurda, aunque en la televisión nos ofrezca otra realidad, también vil y absurda, pero mucho más atractiva para los chimpancés porque está llena de colorines, saltos, goles, explosiones y música. Así que es posible que los extremistas probritánicos, enemigos de la paz mundial e interplanetaria, vuelvan al gobierno dentro de muy poco, en sustitución de los socialistas probritánicos moderados.

martes, 3 de junio de 2008

SANDWICHES BRITÁNICOS

No soy el primero que escribe sobre esa curiosa tradición británica, puesto que El Pordiosero ya publicó un interesante artículo en su blog al respecto, donde presentaba la guía del sandwich, una divertida web en la cual, bajo el retrato de Lord Sandwich -inventor de ese exquisito manjar-, son analizados minuciosamente más de 300 sandwiches diferentes, de los que se venden en los distintos supermercados y tiendas de comida rápida del peor país del mundo.

Aparte de su disponibilidad, pues encontramos decenas de modelos de sandwiches en cada pizzería, cafetería o supermercado, e incluso en restaurantes caros, tres son a mi juicio las características más significativas del sandwich británico. El primero es la osada mezcla de salsas, en apariencia incompatibles entre ellas, pero que le confieren gran parte de su exhuberancia y jugosidad a todos los sandwiches. Para probar este hecho, podemos realizar en casa un fácil experimento. Primero confeccionamos un sencillo emparedado de jamón y queso de lonchas y nos lo comemos tal cual. Se trata de un sandwich insulso, que a nadie se le ocurriría preparar excepto a una madre que tiene que preparar el almuerzo de su hijo para que se lo lleve al colegio pero que ese día no tiene tiempo o ingredientes para hacerle algo más elaborado.

Pero si confeccionamos ese sandwich untando con mantequilla una de las rebanadas de pan y ponemos abundante mayonesa en la otra -dos elementos cuya unión tiende a ser considerada una atrocidad en España-, y doblamos la cantidad de jamón york y queso, y quizás utilizamos un queso ligeramente más intenso que los típicos que se suelen poner en el sandwich, conseguimos un emparedado cremoso y de potente sabor. Es con estratagemas de esta índole como se consiguen sandwiches que a simple vista resultan insulsos e inapetentes como el "Cheese and Onion" o el "Cheddar and Tomato", pero que en la práctica se convierten en un auténtico recital de sabores en nuestra boca, de hecho los dos modelos que acabo de mencionar se encuentran entre mis preferidos, por su sencillez pero a la vez gran riqueza de sabores y equilibrio ético y estético.

Eso nos lleva a la segunda característica del sandwich británico: la exuberancia. Las combinaciones de salsas e ingredientes hacen gala de una creatividad y un barroquismo que resultarían inauditos en España, no sólo en el relleno del sandwich, sino también en las múltiples clases de pan o en el hecho de que, mientras el modelo estándar son dos rebanadas de pan cortadas en diagonal para que el contenido quede a la vista en el mostrador, existen también sandwiches triples (es decir, tres mitades de sandwich, o lo que es igual: un sandwich y medio) que incluyen o bien tres rellenos diferentes en cada mitad o el mismo en los tres, y también hay variedades como el "Deeply Filled" que se compone de los mismos ingredientes de un determinado sandwich pero con mucha más cantidad, de manera que parece estar a punto de reventar y es ideal para cerdos. Quizás este barroquismo y creatividad en se deba a la ausencia de cualquier tradición de gastronomía elaborada de cierta calidad en Inglaterra, y también al hecho de que en la jornada laboral de ese país la pausa para comer raras veces sobrepase los 45 minutos.

Pero la más importante característica del sandwich británico es la ausencia de cualquier reparo o escrúpulo moral a la hora de determinar qué ingredientes son susceptibles de ser incluídos en un sandwich. De hecho, cualquier plato que exista en Inglaterra tiene su versión emparedada. Es así como existen en cualquier tienda sandwiches como el de pollo al curry, el de pato pekinés, el de Roast Beef (vaca al horno), el de desayuno británico (con salchichas, huevo y bacon) y lo más espectacular, !el sandwich de pavo navideño! cocinado al horno con los mismos ingredientes con los que se prepara el pavo típico de Navidad. Si en España se siguiera la misma política de sandwiches, existirían sandwiches de gazpacho manchego, de pollo al ajillo, de chuletitas de cordero, de cocido madrileño, de pulpo a la gallega, sandwich de menú del día, sandwich de cochinillo...

lunes, 2 de junio de 2008

PATRIMONIO DE LA INHUMANIDAD: CIUDADES DE GLOUCESTER Y SWINDON EN EL REINO UNIDO

Gloucester y Swindon son dos de las ciudades más hostiles de Europa en lo que a arquitectura se refiere, de hecho hay casos de personas normales en perfecto estado de salud que, después de pasar una hora o dos en una de estas ciudades por tener que hacer un transbordo allí, o simplemtente porque tenían que comprar algo, entran de repente en un profundo estado de depresión cuya única causa es el haber estado un par de horas rodeado de un ambiente urbano tan depresivo. Aunque Gloucester posee una estupenda catedral con un par de calles relativamente hermosas alrededor, y algún jardín que vale la pena, el 95% de la ciudad parece en un suburbio de película policiaca yanki tipo "Canción Triste de Hill Street". Mientras que la delincuencia no es particularmente alta para tratarse de una ciudad industrial de provincias en decadencia, la sensación de inseguridad es máxima simplemente por el aspecto deteriorado y barriobajero de los edificios; debe de ser la única ciudad europea en la ocurre un fenómeno de esas características. En cuanto a Swindon, carece totalmente de casco viejo o de centro, lo más parecido que tiene es una calle llena de kebabs y una galería comercial de diseño a donde van los pijos a comprar en sus franquicias. En el centro geográfico de la ciudad, en lugar de edificios históricos hay aparcamientos de 8 pisos de altura hechos totalmente de cemento, aunque lo más destacable de Swindon es su estación de autobús, uno de los lugares más inhóspitos de Europa por la combinación de arquitectura hostil, viento gélido, suciedad, olor a neumáticos y a gasolina, contaminación, esperas de 2 o 3 horas para algunos trasbordos, y pordioseros británicos alcoholizándose e increpando. Es por todo ello que el Chino Muerto, de manera conjunta, declara Patrimonio Mundial de la Inhumanidad a ambas ciudades.

lunes, 18 de febrero de 2008

ARQUITECTURA BRITÁNICA HOSTIL

Pese a contar con varias zonas monumentales llenas de edificios históricos, el 90% de Londres tiene más o menos este aspecto, e incluso a menudo mucho peor.


Casas residenciales bajas, de ladrillo, todas iguales, y de vez en cuando una zona con 4 ó 5 edificios altos que hacen de centro del barrio y donde se concentran dos o tres tiendas. Los edificios son sucios y viejos por fuera y por dentro, pues en Inglaterra apenas hay comunidades de vecinos ni nada parecido que mantenga cierto orden. Así que si no es un edificio de ricos que se puedan gastar en cámaras de vigilancia y en contratar a un portero, las zonas comunes (pasillos, escaleras, rellanos, ascensores, etc.) son accesibles a los jóvenes gamberros y por ello están siempre llenas de grafitis, restos de botellas de vidrio roto, colillas, basura en general, meadas. Edificios del estilo de éste, que está en Elefant and Castle.


No se trata de ejemplos aislados. El centro de la mayoría de las ciudades inglesas es así:

"Desde la cima de este edificio se obtienen las mejores vistas de la ciudad, pues es el único lugar de la ciudad desde el que no se ve este edificio"



El siguiente es un ejemplo de arquitectura británica típica que podría estar situado en cualquier ciudad de esa isla abyecta, ya que, con media docena de honrosas excepciones, todas las ciudades inglesas son prácticamente iguales:

Si tenemos en cuenta que en el peor país del mundo la mayoría de los edificios tienen como máximo de 2 o 3 plantas, nos podemos imaginar el horror que estas moles hostiles significan y la tortura visual que representan.

Lo que viene a continuación no es un aeropuerto soviético abandonado, sino un centro comercial de una ciudad británica, donde se supone que las familias con niños van a pasar el día para hacer compras e ir al cine:


El siguiente edificio está en Sheffield, pero en Londres he visto 200 peores:

"En las mañanas brumosas parece surgir entre la niebla como una especie de nave espacial extraterrestre, llenando de terror a todo el que fija su mirada en él":



sábado, 16 de febrero de 2008

SUBTOPIA: EL URBANISMO ANTISOCIAL

Subtopia, fue un termino surgido para describir el tipo de urbanismo predominante en las ciudades anglosajonas, en las cuales no existe el centro tal como lo conocemos en la Europa normal, o bien existe pero es de un tamaño ínfimo en relación al tamaño total de la ciudad, pues lo que encontramos habitualmente son barrios residenciales en los que predominan las viviendas unifamiliares con jardín; barrios sin plazas públicas, sin comercio tradicional, donde la gente que quiere comprar ha de ir en coche al centro comercial más cercano.

Aparte del hecho de absurdo que el 90% de las viviendas tengan que estar rodeadas casi por ley por su parcela personal de jardín, en un país de clima tan hostil como Inglaterra, ese tipo de urbanismo anti social siempre me ha intrigado por la forma en que desnaturaliza a la gente y la encierra en una realidad artificial paralela, que no es campo ni tampoco ciudad, sólamente urbanismo antisocial y deshumanizado. Ray Davies, de los Kinks, escribió punzantes letras mofándose del modo de vida de los habitantes de estos barrios y de su relación con los mismos; Keiller exploró concienzudamente estos suburbios en sus películas, y dio una explicación política de su existencia en la fenomenal "London"

Ese tipo de barrios se supone que ofrece a los habitantes de Estados Unidos y del peor país del mundo la posibilidad de disfrutar a la vez de las ventajas de vivir en el campo sin alejarse de la ciudad; el resultado final es exactamente el contrario: el centro está mucho más lejos porque el espacio no se aprovecha bien y la ciudad es demasiado grande en comparación con su población; a su vez, el campo se aleja cada vez más al tiempo que la naturaleza es arrasada sin piedad en grandes extensiones para alojar en su lugar estos monótonos suburbios infinitos. Subtopia equivale a suburbio, a barrio bajo, y por otra parte a degeneración de las utopías.

En el peor país del mundo el transporte colectivo practicamente se extinguió hace décadas, en parte porque el asbsurdo urbanismo británico lo hizo inviable, en parte gracias a los esfuerzos malintencionados de las élites. Los tranvías fueron desapareciendo en los años 60, los ferrocarriles privatizados en los 00. La privatización de los trenes, en España prevista para 2011 (según un proyecto del PP que los sociatas no se han molestado en derogar), trajo consigo un gran aumento del precio de los billetes, que se triplicaron a la par que también creció el número de los accidentes.

De hecho el metro es un fenómeno atípico en el Reino Unido incluso en ciudades de más de medio millón de habitantes. Sólo Londres tiene un metro decente, pero a costa de ser obscenamente caro, entre otras cosas debido a la dispersión de su población: un billete de metro en el centro de una capital europea, incluso en las caras, como Barcelona o París, vale siempre 1€ con algo, mientras que en Londres son 3 libras esterlinas, es decir, 5€, un poco menos que un bono de 10 viajes en un país normal.

Por supuesto, nadie esperaría que los británicos vivieran en ciudades como las andaluzas, con blancos edificios apiñados unos contra otros, formando laberínticas callejuelas que conducen pequeñas plazas con fuentes y bancos, en donde la gente se sienta a tomar el sol y a tocar flamenco, a leer el periódico y a insultar a ZP. Tampoco hace falta un Manhattan, pero no les vendría mal parecerse aunque fuera un poco a los escandinavos, con sus ciudades habitables, hechas a la medida del hombre y no del coche: sus calles peatonales, sus ordenados bulevares, sus tranvías, sus jubilados pirulando en bicicleta mientras toman tranquilamente un helado y se cruzan de carril por enmedio de una gran avenida.

El carácter antisocial de los británicos es a la vez causa y consecuencia de su urbanismo hostil. Las élites protestantes siempre vieron las ciudades como sinónimo de europeísmo, lo cual a su vez equivale, según su visión retrógrada, a socialismo, a ideas modernas, a cenáculos vanguardistas, a bohemia, a discusiones políticas, a insurrección; frente a ello se sitúa el individualismo anglosajón y el libre mercado, con sus casas separadas, donde la gente no se habla y se limita a regar las flores de su jardín, a hacer barbacoas, a amar a su país de manera inculta, a insultar a Flanders o a jugar al golf.

Con una gran densidad de población, pues cuenta con la mitad de extensión que España y 15 millones de habitantes más, la mayor parte de Inglaterra se ha convertido en un suburbio continuo despersonalizado, que no es ni centro ni extraradio, ni bonito ni feo, en la que habita gente tranquila y desinformada, gente educada a simple vista pero que por miedo se niega a relacionarse con los demás y carece de ideas propias, excepto la propaganda nacionalista y antieuropea con la que la estúpida prensa británica les bombardea todos los días.

En Inglaterra no hay calles, sino carreteras, para que la gente vaya a trabajar.

No hay plazas, sino cruces, para que la gente no hable.

(Fragmento de Tube going to hell, uno de los poemas británicos de Elvar Ata)

Próximamente: SIXTIES CONCRETE, LA ARQUITECTURA HOSTIL

miércoles, 12 de diciembre de 2007

IT IS A JOURNEY TO THE END OF THE WORLD...

Con esa enigmática y hermosa frase se inicia una de las películas inglesas más interesantes de la historia. No está en youtube, pero yo la encontré en el kazan unos meses atrás. London, de Patrick Keiller, largometraje en el que no participa ningún actor, y que consiste meramente en una sucesión de diversos planos fijos de la ciudad, mientras una sugerente voz en off explica en inglés educado las andanzas por la capital de los dos protagonistas del film.

Tras la frase inicial, tomada de una novela de Jonathan Swift; con la imagen del Tower of London bridge en un día nublado y contaminado, asistimos a una de las más poéticas y a la vez crudas y certeras descripciones sobre la ciudad del Támesis que se hayan recitado jamás.

Dirty old Blighty. Undereducated, economically backward, bizarre. A catalog of modern miseries, with its fake traditions, its Irish war, its militarism and secrecy, its silly old judges, its hatred of intellectuals, its ill health and bad food, its sexual repression, its hypocrisy and racism, and its indolence. It's so exotic, so . . . homemade.

Año 92. El protagonista acaba de llegar del extranjero después de varios años sin pisar la ciudad. Robinson, profesor universitario homosexual que fue amante suyo durante su juventud, le ha llamado pidiéndole que retorne urgentemente, pues se encontra a punto de realizar un importante descubrimiento sobre la esencia de Londres. Poco se nos dice sobre el tal Robinson:

Robinson lives in the way people were said to live in the cities of the Soviet Union. His income is small but he saves most of it.

He isn't poor because he lacks money but because everything he wants is unobtainable.
Juntos, aunque en ningún momento del film se les ve, comienzan una serie de periplos por las zonas más literarias de Londres, en especial aquellas que dieron cobijo en siglo XIX a poetas franceses exiliados como Rimbaud, Verlaine o Baudelaire. Pero en ninguno de esos parajes encuentran atisbo alguno de poeticidad o de esa rebeldía decimonónica, sino una ciudadsucia y hostil, sin apenas vida social.
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In the supermarket we found a cafe with friendly staff and pleasant, inexpensive food, but there was no sign of anyone writing poetry.London, he says, is a city under siege from a suburban government which uses homeless, pollution, crime, and the most expensive and run down public transport system of any city in western Europe as weapons against Londoners' lingering desire for the freedoms of city life.

A cada paso que dan, la ciudad se les antoja más hostil:

There is no town in the world which is more adapted for training one away from people and training one into solitude.

Esta película sirvió de inspiración a la novela "The Beerclock" de Elvar Ata, otra crítica feroz al modo de vida inglés y al capitalismo anglosajón.

Far in the distance the tugboat whistled; its shade all passed the bridge. . . . It was summoning all the barges on the river, every last one, and the whole city and the sky and the countryside, and ourselves, to carry us all away . . . and that would be the end of us.

Pese al tono general de la película, más bien grave y metafísico, la crítica política alcanza momentos de gran sentido del humor:

On June the 4th we passed through Leicester Square again and found it being officially reopened by the queen who was to switch on a new electricity substation which had been built beneath it. We heard that earlier someone in the crowd had shouted "Pay your taxes you scum" but there had been no other incidents.

Uno de los momentos más agudos es cuando los dos protagonistas asisten horrorizados a una enésima victoria de los conservativos en las elecciones generales del año 92. Pese a que las condiciones de vida de los británicos se deterioran año tras año, debido a las salvajes políticas capitalistas de los tories, el populacho inglés ha acabado votándoles una vez más. Ello nos remite al clásico fenómeno de los pobres de derechas, y cómo la clases populares europeas han ido sucumbiendo a la propaganda de los capitalistas hasta acabar votandoles una y otra vez por motivos abstractos de patriotismo o para salvaguardar a la nación de amenazas más o menos ficticias, aunque ello pusiera en peligro sus conquistas sociales y sus intereses de clase. Si bien es cierto en los países anglosajones tal fenómeno se produce de una manera más flagrante que en el resto de Europa, por ser en esos países donde el capitalismo ha llegado a extremos más despiadados.
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Robinson began to consider what this result would mean for him. His flat would continue to deteriorate and its rent increase. He would be intimidated by vandalism and petty crime. The bus service would get worse. There would be more traffic and noise pollution and an increased risk of getting knocked down crossing the road. There would be more drunks pissing in the street when he looked out of the window and more children taking drugs on the stairs when he came home at night. His job would be at risk and subjected to interference. His income would decrease. He would drink more and less well. He would be ill more often. He would die sooner. For the elderly or anyone with children it would be much worse. For London as a whole, there would now be no new elected metropolitan authority. The public transport system would degenerate into chaos as it was deregulated and privatised. There would be more road schemes. Hospitals would close. As the social security system was dismantled there would be increased homelessness and crime, with police more often carrying guns. The population would continue to decline as those who could would move away and employers followed.

Su periplo les lleva al carnaval de Nottin Hill del que sacan paradójicas conclusiones:

He asked me if I find it strange that the largest street festival in Europe should take place in London, the most unsociable and reactionary of cities. I said that I didn't find it strange at all, for only in the most unsociable of cities would there be a space for it. And in any case for many people London was not at all unsociable.

Y finalmente, se dedican a buscar el origen de Londres. Gran paradoja, la única ciudad europea en la que el distrito financiero, con las sedes principales de los grandes ancos y empresas de seguros, se encuentre ubicado en el mismo centro histórico y no en las afueras, ocurriendo que los mayores rascatas se encuentran en tortuosas y estrechas calles de traza medieval.
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He argued that the failure of London was rooted in the English fear of cities, a protestant fear of popery and socialism, the fear of Europe, that had disenfranchised Londoners and undermined their society. He denounced the anachronisms of the City and its constitutional privileges.

Después de un momento de caos en el que Robinson a punto está de perder el conocimiento y la vida, el protagonista de la película llega a una conclusión tan sorprendente como brillante. Si pensáis ver la peli, es mejor que no leáis esta frase:

For Londoners, London is obscured. Too thinly spread, too private for anyone to know. Its social life invisible, its government abolished, its institutions at the discretion of either monarchy or state or the City, where at the historic centre there nothing but a civic void, which fills and empties daily with armies of clerks and dealers, mostly citizens of other towns. The true identity of London, he said, is in its absence. As a city it no longer exists. In this alone it is truly modern. London was the first metropolis to disappear.

sábado, 3 de noviembre de 2007

EL PEOR PAÍS DEL MUNDO

Inglaterra. El peor país del mundo. Tiene todas las desventajas de los países del norte de Europa: mal clima, gente fría, comida horrorosa, estilo de vida aburrido... pero ninguna de sus ventajas. Al contrario que los alemanes o los escandinavos, su seguridad social es más bien mediocre, siempre falta de fondos; los ferrocarriles (privatizados) son propios de un país en vías de desarollo, con trenes diesel todavía deambulando; la gente es fea, viste mal, de hecho a la mayoría de los ingleses de clase trabajadora les falta algún diente o tienen la cara podrida; el nivel de los hospitales y de las escuelas es de los más bajos de Europa; las diferencias sociales y el contraste entre barrios recuerdan a Latinoamérica; las ciudades ofrecen un aspecto siempre sucio y desordenado; los periódicos son una auténtica vergüenza; los nativos están muy lejos de ser tan cultos y tolerantes como los del resto de los países del área.

Comen basura, frita en aceite de coche, todos los días de la semana, y celebran las navidades comiendo algo todavía peor: el pavo de navidad, la comida más seca e insípida del mundo.

Les he oído decir las mayores estupideces. "UK rules" es una de las más comunes. Y sin embargo, tras sucesivos gobiernos convertidos en meros títeres de los yankis, es dudoso que se gobiernen ni siquiera a ellos mismos. "Londres es la capital del mundo". Bien, eso es verdad. Si eres lo suficientemente provinciano y estrecho de miras como para considerar que Inglaterra es el mundo. Pero mi favortia es la de: "No somos europeos". "¿Qué sois entonces?", le pregunte a mi interlocutor: africanos, asiásticos... o probablemente meros norteamericanos?"."Somos británicos", contestó el hooligan, mientras descubría un continente que no figura en ningún mapa.

Entonces, si se trata del peor país del mundo, ¿por qué se sienten tan orgullosos de ser británicos? La respuesta es simple: precisamente por ser los peores en todo. Coje Finlandia, por ejemplo. Paraíso social, envidia del mundo. Pero ningún finlandés te diría que su país es el mejor. Italia, España. Los españoles se pasan el día criticando entre ellos a su propio país. Pero en realidad, saben que se trata de un gran sitio para vivir (gran comida, calidad de vida, bellas ciudades, economía en expansión, gente abierta, guapa y amigable). A un montón de gente de todo el mundo y a prácticamente toda la población inglesa les gustaría visitar España o venir a vivir a España. Pero, ¿qué pensarías de una persona que se pasa todo el día diciendo lo inteligente que es? Simplemente que no lo es.

Y lo contrario también es cierto. Es su complejo de inferioridad lo que hace a los ingleses dárselas continuamente de superiores. Saben perfectamente que no lo son.

El sueño de todo inglés es trabajar toda su vida para vender su casa y venir a vivir a España. Siempre podrán gritar a los alemanes: "Dos gueras mundiales y un mundial de fútbol". Pero si no fuera por los yanquis, y también por la gloriosa resistencia de los comunistas rusos, Inglaterra sería ahora una mera provincia periférica del imperio alemán. Con ese cántico, por lo tanto, no hacen sino resaltar su inferioridad, incluso en el deporte que ellos mismos inventaron. Y ni siquiera con todas las ventajas y marrullerías del mundo consiguieron el título para Lewis Hamilton.

Cheltenham public library, Gloucestershire, England. 16-02-05

Versión original en inglés de Elvar Ata.
Traducido del inglés por Elvar Ata.