miércoles, 17 de septiembre de 2008

MERAVELLES SECRETES DE LA COMUNITAT VALENCIANA: EL TOSSAL DE SANT MIQUEL EN LIRIA

Uno de mis lugares preferidos de la provincia Valencia. En principio Liria es una ciudad sobrevalorada desde el punto de vista turístico, porque aunque cuenta con bastante patrimonio histórico y aparece en muchas guías, la mayoría de lo que conserba son ruinas muy separadas entre sí, y algunas de ellas se encuentran incluso en sótanos de edificios modernos; hay también un par de iglesias que están bien, pero en general es un pueblo más bien feo, incluso el centro historiquito también lo es.

A 2 kilómetros de la localidad edetana se halla el magnífico castillo de Benisanó. Se puede ir caminando desde la propia estación de metro de Liria, unos 20 minutos de pateo en línea recta. Vale la pena, aunque sólo abre los domingos por la mañana. La entrada de 2€ incluye una visita guiada a cargo de una señora del pueblo muy amable y erudita; después nos dejan pirular libremente por casi todas las estancias del castillo.

Benisanó conserva atambién lgunas puertas de la muralla antigua, actualmente adosadas a edificios modernos de pueblo donde viven viejas, lo cual resulta bastante exótico incluso en la Comunitat que vio prosperar a Eduardo Zaplana.

Tras visitar el castillo, podemos volver a Liria y comer en el restaurante de la Plaza Mayor. Por 7€ que cuesta el menú del día, nos ponen, por ejemplo, una ensalada gigantesca y una ración de paella inmensa con gambas de un palmo de longitud. Bebida, postre, alquiler de silla, mesa y cubiertos, tasas de aeropuerto, etc., todo eso está todo incluído.

Luego subimos al Tossal de Sant Miquel, el principal motivo de nuestra visita. Se puede subir en coche o caminando (caminando son 15 minutos). Desde arriba las vistas son de por sí formidables y además nos encontraremos con los restos de un excelente poblado íbero, monumento de gran calidad que no aparece en las guías y que es poco frecuentado por los turistas.

Aunque el poblado se encuentra vallado y no está abierto al público en general, una abertura en el cerco permite la entrada gratuíta al recinto y además no hay nadie vigilando, pero el Chino Muerto or recomienda que no entréis, haced el favor, está prohibido, es un pecado muy grande y un delito.

Además, lo único que encontraríamos después de cometer el allanamiento son los restos de una ciudad que tiene casi 3000 años de antigüedad, así que no vale la pena invadir una propiedad ajena como esa simplemente para pasear por las estrechas calles de un asentamiento humano tres veces milenario y disfrutar de las maravillosas vistas que desde ese lugar se alcanzan, imaginándonos al mismo tiempo (con la ayuda de los paneles explicativos) cómo sería la vida en aquella época. Que a nadie se le ocurra meterse directamente en una de las casas del poblado y beberse una chela dentro mientras toma el fresco, se relaja lejos del mundanal ruïdo y disfruta del espléndido paisaje. Eso sería ya el colmo de la vileza.

Mas si al final decidís entrar, haciendo caso omiso de mis prudentes recomendaciones y advertencias, no olvidéis comprar las chelas antes de subir porque arriba no hay nada, podemos adquirirlas en la tienda rusa que hay en la Plaza Mayor de Lliria, incluso más baratas que en aeropuerto de Semeretyevo en Moscú.