viernes, 8 de agosto de 2008

PATRIMONIO DE LA INHUMANIDAD: LÍNEA 25 DE LOS AUTOBUSES URBANOS DE LONDRES

Probablemente el autobús urbano que peor funciona en cualquier país de la Unión Europea y parte del tercer mundo. Tarda casi una hora y media en cubrir una distancia que el metro cubre en 20 minutos, pero está siempre a reventar porque en Londres el metro está privatizado y es un medio de transporte de élites, pues el precio de un billete simple de una sola zona es superior a los 5€. Por eso toda la población trabajadora de la ciudad tiene que utilizar el autobús, y en particular esta línea está saturada porque es la que atraviesa todo el este de la ciudad, zona en la que se suceden durante decenas de kilómetros todo tipo de suburbios y de ghettos en los que se hacinan las diversas comunidades étnicas que malviven en la capital británica: el barrio bengalí, el barrio brasileño, el barrio pakistaní, el barrio de los cockneys, etc. Se trata por lo tanto de un autobús que siempre va exageradamente lleno incluso los domingos, con gente de todas las nacionalidades pobres del mundo, incluyendo los especímenes más exóticos, mezclados, sudados y apretujados entre sí: mujeres con burka, hooligans, rastas, limones, pervertidos, hindúes, gente tocando el bongo, preadolescentes ingleses de los suburbios bebiendo chela, peleando entre ellos e increpando a viejos, gente armada con navajas, árabes que pirulan por Londres con las vestimentas típicas de su tribu, pordioseros británicos bebiendo de una botella de güisqui que llevan dentro de una bolsa, futuros terroristas suicidas, cockneys maleducados...; es el típico autobús que llega hasta el centro atravesando 10 o 12 barrios chungos que no disponen de otra línea de bus, y como todo el mundo la utiliza para ir al centro pues nadie tiene por qué ir de un barrio chungo a otro, en cada parada suben 30 personas y no baja nadie excepto en la última. Siempre está a reventar y el interior huele fatal y además es el clásico bus que tarda media hora y cuando por fin llega aparecen tres seguidos, los tres llenos; por si fuera poco el paisaje exterior durante todo el trayecto es horrible y deprimente, se trata de una autopista recta de varios kilómetros sin un solo árbol en la que siempre hay un montón de tráfico y que cruza los barrios más feos de Europa, con tremendos bloques de ladrillo estilo soviético a ambos lados o edificios de vivienda pública de 40 alturas que parece que se vayan a caer en cualquier momento.

Por su gran hostilidad y también por su representatividad como metáfora del estilo de vida londinense y de las grandes diferencias entre el modo de vida de la élite y el del resto de la gente -en definitiva, como metáfora de nuestro mundo-, el Chino Muerto ha decidido incluir esta línea de autobuses en su lista de Patrimonios Mundiales de la Inhumanidad.