viernes, 24 de agosto de 2007

EL LUGAR MÁS ABYECTO DE EUROPA

Para el esteticista refinado, que lee a Baudelaire y escribe sonetos en octosílabos, no hay en Europa lugar más horrible. Una cárcel del futuro en donde todos los anhelos del hombre están encerrados. Una laberinto de cristal y de plástico, formando por infinitas jaulas de colores, de todas las formas y tamaños.

Las puertas están abiertas, pero no hay escape posible para las personas. Pronto, todas serán trasladadas a otro lugar igual de abyecto, diferentes localizaciones para una misma tumba. Militares armados patrullan entre las innumerables tiendas, donde se repiten los mismos productos con diferente envoltorio. Los altavoces reiteran consignas fascistas. Los pasajeros deambulan en silencio, desconfiando los unos de los otros. Se espera algún día el ataque definitivo.

No existe ocio sin actividad económica. El sexo y la amistad están prohibidos. Es el triunfo del capitalismo. Nuestro futuro más aterrador. Pronto, toda la realidad material imitará las formas y procederes de esta cárcel, y el planeta no será sino un enorme centro comercial. Se prohíbe el líquido, se ha suprimido el aire, el agua natural está privatizada.

Miles personas encerradas en una vitrina atroz, de arquitectura funesta, sin otra alternativa que comprar y comprar. Entre tienda y tienda, aterradores pasillos. Hay una réplica de un pub inglés (Inglatera, la única nación del mundo sin cultura). Pasar un millón de controles, para luego detenerse a comprar. Obligados por el ejército, pues ya no hay vuelta atrás.

Se le ocurre a uno que la aviación moderna tendría que dar un enorme giro. Que todos los aviones recorran el mayor trayecto posible, aterrizando sólamente en la ciudad más lejana, haciendo que los turistas se lancen en paracaídas sobre su destino; sobre Barcelona, Lyon, París, Londres, si el trayecto es Valencia-Glasgow. Para que así los enlaces para siempre se supriman.

Para que no haya que perder el día realizando un transbordo en aeropuerto inglés. Para no quedarse encerrado en ese templo: CAPITALISMO MONSTRUOSO MILITAR. Para que no haya que pasar por Inglaterra jamás. Para no pisar nunca Stanstead o Heatrow.