jueves, 9 de agosto de 2007

SITUACIÓN GEOPOLÍTICA MUNDIAL (II)

SEGUNDA PARTE: LATINOAMÉRICA

Después de Asia, probablemente será América Latina la siguiente zona del globo en despegar económicamente y liberarse del subdesarrollo al que largos siglos de políticas colonialistas y neocolonialistas le han venido abocando. No obstante, si bien la recuperación del Asia oriental parece irreversible, en Latinoamérica la etapa de crecimiento está todavía en pañales, y existen desequilibrios de diversa índole que podrían dar al traste con ella. Durante el pasado siglo, todo el continente, excepto Cuba, se convirtió en el mero patio trasero de los Estados Unidos, que saqueó los recursos del continente mediante acuerdos comerciales y privatizaciones fraudulentas cuyo único objetivo fue el de mantener monopolios que se aseguraban la extracción de materias primas a precios que a menudo estaban escandalosamente por debajo de los precios reales de mercado o que se beneficiaban, en aras del libre mercado, de radicales exenciones de impuestos en los países donde operaban. Esta relación asimétrica fue impuesta por la fuerza la mayoría de las veces, mediante golpes de Estado o bien gracias a la alianza estratégica con las élites locales, a las que se mantenía el poder a cambio de privilegios que en la mayoría de los casos significaban la ruina para la mayoría población de esas naciones. Toda desviación ligeramente izquierdista por parte de cualquier gobierno de la zona, o la implantación de políticas económicas mínimamente nacionalistas, o de mero sentido común, trajeron consigo brutales ataques contra esos gobiernos (y contra la población civil que les apoyaba). Cuando las naciones intentaron luchar contra la injusticia, sus gobiernos fueron siendo sustituidos por terribles dictaduras proamericanas, o bien por sistemas democráticos a los que sólo se les permitía seguir siendo democráticos mientras el ganador fuera el candidato auspiciado por Washington.

En lo que va de siglo, sin embargo, la situación ha empezado a dar un vuelco extraordinario, de hecho en la actualidad existen más gobiernos de izquierda en la América Latina que los que hubo durante todo el siglo pasado. Si bien toda la región comienza a dar muestras de cierto progreso económico, son precisamente esos países con gobiernos de izquierda los que están alcanzando mayores cotas de desarrollo social y económico, con Venezuela, Cuba y Argentina manteniendo niveles de crecimiento cercanos al 10% anual en los últimos años. Las grandes empresas españolas y norteamericanas están perdiendo los privilegios de los que gozaban en muchos de los países de la zona, y como consecuencia de ello han desatado una tormenta mediática contra esos gobiernos "populistas". Veamos qué es lo que ha cambiado en los últimos años para que Latinoamérica haya enfilado ese camino de esperanza.

-Después de largas décadas de libre mercado y de capitalismo salvaje, ha quedado demostrado que esa forma de organización económica sólo ha sido capaz de generar miseria, y la mayoría de los países y de las opiniones públicas de la zona se han alejado de la misma de una manera más o menos tímida, según los casos. Si bien ningún país en la historia de la humanidad ha alcanzado el desarrollo con una política de libre mercado (Estados Unidos y el Reino Unido siempre aplicaron medidas proteccionistas en el interior, y en el exterior siempre fueron con el ejército por delante para garantizarse posiciones de dominación comercial), en Latinoamérica la propaganda mediática prometió durante décadas a la población que las políticas y formas de vida basadas en el American way of life les traerían toda clase de bienestares económicos y democráticos, pero lo que sucedió fue exactamente lo contrario. (En realidad esa formulación era un absurdo, pues la opulencia desmesurada de la que goza la sociedad de consumo en occidente es incompatible con el desarrollo del resto de la humanidad en su conjunto). A partir de los años 90, el derrumbe de las economías neoliberales fue escandaloso, con índices de crecimiento negativo en la mayoría de los países latinos, dando lugar a episodios como el "corralito" o el "caracazo". Argentina, tras haber sido uno de los países que siguió con más fidelidad las políticas aznaristas y bushianas a principio de este siglo, regalando la nación a empresas como BBVA y Telefónica, terminó por cancelar su enorme deuda y echar al FMI del país con ayuda del gobierno venezolano. En Brasil salió por primera vez elegido el Partido de los Trabajadores, Venezuela eligió a Chávez y los bolivianos votaron por Evo Morales.

-El hecho de tener gobiernos relativamente de izquierdas, por primera vez en la historia, en las dos potencias con más peso político y económico de Sudamérica (Brasil y Argentina) provocó un cambio de tendencia diplomático en lo que antes era un coto privado de Washington. Si bien el gobierno de Lula pronto dio un giro a la derecha en lo económico (traición, para muchos), y mantuvo una política comercial favorable a Estados Unidos, renunciando a muchas de las reivindicaciones históricas de su partido, siempre se mantuvo cerca de Chávez en lo ideológico, apoyándole en el terreno diplomático y realizando importantes proyectos conjuntos, que se materializaron en la entrada de Venezuela en el Mercosur. En cuanto a Argentina, se trata de un gobierno pragmático de centro izquierda, nacionalista en lo económico, que encontró desde el primer en momento en Venezuela un aliado estratégico, la cual le proporcionó alivio energético y económico en momentos en la que se encontraba muy necesitado. Es más que probable que los intentos americanos de terminar con Chávez hubieran tenido éxito si éste no hubiera tenido a Lula y a Kitchner de su lado. Y sin la inspiración y el apoyo de Chávez hubiera sido imposible a su vez la consolidación de alternativas de izquierdas en Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

-Aumento del precio de las materias primas por la irrupción de China en plan cafre en el mercado mundial. Esto ha beneficiado a todos los países, pero especialmente a los gobiernos "populistas" les ha permitido cubrirse las espaldas ante posibles boycotts yanquis, cuyos efectos hoy en día serían inicuos.

-Muchos expertos sostienen que el empantanamiento de Estados Unidos en Iraq y Afganistán le ha hecho olvidarse durante años de sus intereses en América Latina, lo que ha sido aprovechado por muchos países para escapar del control imperial. En cualquier caso, actualmente Estados Unidos carece de dinero y de ejército para embarcarse en una nueva aventura militar. Y si aún así decidieran meterse donde no hacen falta, ya se encargarían de detenerles Putin y Hiu-Hintao, con tecnología militar superior a la de Washington en muchos campos, especialmente en los estrictamente defensivos. (Sistemas antimisiles, cazas de combate, fusiles de asalto y bazokas antitanque.)

-El "Huracán Bolivariano", Hugo Chávez, un personaje que despierta la adhesión incondicional de millones de pobres en toda Latinoamérica, ha conseguido demostrar al mundo que sí es posible sacudirse el aparentemente inquebrantable yugo imperial. Después de resistir un golpe de Estado y el sabotaje en 2003 de su industria petrolera, y de ser el único líder de la historia mundial que se ha sometido a sí mismo a un referéndum revocatorio ante su pueblo (que ganó por amplia ventaja), el "dictador de Caracas" ha alcanzado para su país una serie de hitos que parecían inalcanzables hace unos años y que son un ejemplo para el resto de Latinoamérica y del tercer mundo. En siete años Chávez ha eliminado el analfabetismo de Venezuela; tras renegociar los contratos petroleros ha podido crear una vasta red de supermercados que alcanza todo el territorio nacional y que vende alimentos subvencionados al 50% por el estado; ha instaurado tres comidas al día en todas las escuelas públicas para los niños pobres; ha conseguido que la economía venezolana crezca al ritmo más alto de toda América Latina; ha convertido a Venezuela en la tercera potencia económica de Sudamérica, por encima de Chile; ha creado consultorios médicos en todos los barrios de Venezuela; ha subido el salario mínimo, ya el más alto de Latinoamérica; ha construido decenas de hospitales y universalizado la educación universitaria; ha eliminado la deuda externa; ha financiado operaciones quirúrgicas y oculares a miles de pacientes pobres de todo el continente; ha repartido tierras a campesinos pobres; ha luchado contra la corrupción; ha conseguido que disminuyan sensiblemente en Venezuela la pobreza, el paro y la inflación, y y ha proporcionado a sus ciudadanos niveles de participación democrática impensables anteriormente, lo que ha convertido a los venezolanos, según todos los estudios de opinión, en los ciudadanos de toda América más satisfechos con la salud de su democracia. Muchos argumentan puerilmente que lo que ha hecho carece de mérito, pues tiene un montón de petróleo a su disposición, pero Venezuela siempre ha tenido petróleo y ha sido un país tercermundista. Muchas de sus medidas (que la prensa europea tilda de confiscatorias, despóticas o contra el libre mercado) son de mero sentido común, como por ejemplo la de exigir a las multinacionales que paguen por el petróleo venezolano que se llevan a sus países.

Ante una situación así, pese a la ingente propaganda en su contra, es de prever que la mayoría de los ciudadanos de Latinoamérica acaben queriendo para sus países gobiernos similares. Bolivia, el primero en seguir ese camino, avanza aunque a trancas y barrancas, y aún es pronto para evaluar a Correa en Ecuador y la vuelta de los sandinistas en Venezuela. (Una ironía histórica se ha producido esta semana con la firma de un importante acuerdo comercial entre Nicaragua e Irán, protagonistas en los ochenta del escándalo Irán-contra, y que hace no demasiadas décadas estaban gobernados ambos por terribles dictaduras pro-yanquis). En Argentina, parece que la esposa de Kitchner seguirá en el poder cuando termine el mandato de éste, y en Brasil no es muy probable que surjan alternativas a Lula. En Paraguay ya hay un sacerdote de ideología cercana a Chávez "amenazando" a postularse para las próximas elecciones, con encuestas muy favorables, mientras que en México y Perú los candidatos "populistas" perdieron probablemente por culpa de un fraude electoral supervisado por Washington. Otros países como Colombia o Uruguay siguén arrodillados ante Washington, y luego está el caso de Chile, la única excepción en el que el capitalismo ha funcionado.

A mi juicio, el mayor error que podría cometer la izquierda latinoamericana, conforme vaya copando el poder, sería el de seguir el modelo occidental y construir prósperas sociedades consumistas en su territorio, por mucho que esas sociedades intentaran parecerse más a la sociedad del bienestar europea que al modelo americano. El capitalismo es ya la mayor amenaza para la supervivencia de la cultura humana en este planeta y debe ser rechazado, incluyendo también los sistemas capitalistas con vocación social de la Unión Europea. No existe el desarrollo sostenible, ni si quiera un modelo socialista o comunista tradicional, en tanto ese sistema no es sino una forma de capitalismo igualitario, en el que lo que se trata es de producir bienes de consumo a lo bestia para repartirlos entre la clase proletaria. Si tanto los asiáticos como los latinoamericanos llegan a igual algún día el nivel de prosperidad material de occidente, será el principio del fin de la civilización humana.

La izquierda latinoamericana, ya que la europea fue barrida del mapa hace años (y no digamos la norteamericana) debería reinventar la realidad, estableciendo un modelo de equilibrio cuya esencia no sea la de acumular bienes materiales. Por supuesto que el estado debe garantizar a toda la población unos servicios e infraestructuras básicas, así como el acceso a la vivienda, a la educación, a la alimentación y a la sanidad. Pero no hay recursos energéticos para mucho más, así que, a parte de todas esas cosas, a la larga habrá que renunciar a casi todos los "extras".

Todo lo demás puede ser conseguido con imaginación sin reventar el planeta ni extinguir sus recursos ni explotar al prójimo. La música, la literatura, el teatro y quizás también el cine seguirán existiendo aunque algún día dejemos de producir CD´s o DVD´s, y el hombre se seguirá desplazando aunque carezca gasolina para que mover su coche. Los amigos, el mar, el sexo, el humor, la poesía, el vino, los paisajes hermosos, etc. han estado presentes en todas las civilizaciones, y son oferta lúdica superior a cualquier bien de consumo que el país capitalista más desarollado pueda crear. Por el momento, según los informes de los expertos, el único país del mundo que es autosuficiente, y cuya economía y modo de vida actual podrían prolongarse indefinidamente, es esa isla caribeña que todo el mundo dice que tiene que cambiar de sistema.

PRÓXIMA ENTREGA: EUROPA

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sencillamente excelente.
¿Cual es el siguiente objeto de análisis?
¿Indochina-Indonesia?, ¿Africa?...

Por cierto. Me piro a Manila 8 dias.
Si se pasa por mi blog podrá leer el porqué.
11 millones de filipinos hablando en tágalo en una conurbación compuesta por 17 ciudades fusionadas.

Locura indonesia a go-go.

Elvar dijo...

Lo siguiente será Europa, y luego Asia, aunque igual Asia la divido para hacer un Oriente Medio aparte.

África no va a haber por que no tengo ni idea de lo que se cuece por allí. Oceanía tampoco creo que caiga.