martes, 26 de agosto de 2008

CONSEJOS PARA DESPERDICIAR DINERO PÚBLICO DE MANERA RÁPIDA Y EFICAZ. PRIMERA PARTE: SUBVENCIONES A LA CULTURA

Una de las maneras de desperdiciar dinero público que más enigmática y estrafalarias me ha parecido siempre es la de dar subvenciones a la cultura. Algo así como: "Tire el dinero público a la basura. Déselo a los artistas"

La verdadera cultura y el arte siempre la han hecho tipos bohemios que vivían al margen de la sociedad y la despreciaban, a veces con todas sus fuerzas. Tipos como el Profeta Azul, quien -por ser sin duda un adelantado a su época-, sufre la incomprensión y el desprecio de toda la sociedad y recibe insultos a diario en su blog, y pese a haber escrito el mejor libro del mundo, sólo ha vendido dos ejemplares y vive en un cuchitril sucio y mal amueblado, en un barrio de mierda, con vistas al peor parque de la ciudad.

El arte no se puede fomentar con ayudas o premios o becas sino todo lo contrario, eso lo sabe hasta un imbécil, precisamente porque el arte se mueve en el terreno de lo intangible y se opone al capitalismo y al materialismo. Pretender apoyar el arte lanzándole dinero por encima no consigue otra cosa que corromperlo o desvirtuarlo.

Si lo que se quiere de verdad es fomentar el arte de calidad, el Estado lo que tendría que hacer es censurar a los artistas, perseguirlos, golpearles, robarles el dinero, meterles en la cárcel aleatoriamente de vez en cuando, para acrecentar su rabia y su dolor y sus ganas de oponerse a nuestra sociedad de mierda utilizando para ello sus creaciones artísticas.

Los ministerios de cultura, en vez de desperdiciar los fondos públicos apoyando a tipos que carecen totalmente de talento artístico como Almodóvar, la SGAE o Bisbal, deberían limitarse a a gestionar los museos y las bibliotecas del Estado y a restaurar edificios históricos (aunque sería incluso mejor y más barato dárselos al pueblo para que el pueblo mismo se ocupara de ellos, utilizándolos para realizar actividades culturales no subvencionadas y ocupándose de su mantenimiento: así conseguiríamos una sociedad más creativa y más sana y nos ahorraríamos pasta.)

El talento crea obras de arte de la nada, sin presupuesto, como las películas de Sueling Productions o La Trilogía del Comité, obras maestras del cine que se rodaron con costo cero; para escribir una poesía de calidad o un buen cuadro sólo hay que tener ingenio y creatividad, no hace falta pasta. La pasta tiene que estar para construir hospitales, escuelas, líneas de tren, y para perseguir a los asesinos y a los skin-heads que apalean mendigos, no para apoyar películas españolas que nadie quiere ver.

Gastar millones de euros apoyando al cine español para que compita con el yanki en hacer películas que hacen a la gente más subnormal es una idea propia de subnormales. Además de que el cine yanki ya es basura de por sí y el cine español, por lo tanto, es mucho peor.

Ídem para festivales absurdos y gastarse millones de dólares europeos en traer a Madonna cuando en España existen miles de artistas de calidad que se mueren de hambre y lo harían gratis a cambio de la oportunidad de promocionarse. Tendría que haber festivales todos los días del año en todas las ciudades, utilizando como escenario el sinfín de monumentos maravillosos con los que cuenta España: teatros romanos, monasterios, castillos, plazas del centro histórico.

Se trataría de festivales gratuitos, con artistas jóvenes que estarían encantado de tocar para los jubilados cada domingo en escenarios de tanta belleza sin pedir nada a cambio, e incluso puede que algún músico famoso también se apuntara.

Y si realmente quieren desperdiciar el dinero público apoyando absurdamente el arte, dénmelo todo a mí, y les empapelaré el casco viejo de todas las capitales de provincia de España con mi blog, o haré una película surrealista porno de 3 años de duración llena de efectos especiales y de poemas en francés escritos por mí mismo, o trasladaré todos los monumentos y edificios históricos de España a una sola ciudad, que se convertirá automáticamente en el mayor atractivo turístico mundial.