jueves, 4 de septiembre de 2008

NOS VEMOS EN OSAKA

La noticia más importante de la semana, que ha sido intencionadamente silenciada por los medios de comunicación dominantes, es que he conseguido engañar a las autoridades japonesas y en breve me concederán el visado para ir a estudiar a Osaka a partir de octubre, así que sólo faltaría avisaros en cuanto consiga una casa en la que vivir con Kikukawa para que los que tengáis ganas de visitarnos en el país que inventó el sueling podáis venir a vernos. Aunque alguno, como el Profeta Azul, ya ha declarado que vendrá incluso si no tengo casa y que dormirá en un albergue, o en una estación de metro, o en un parque.


Ante la gran demanda, voy a intentar reservaros periodos de 10 o 15 días en la fecha que queráis para evitar el hacinamiento, y si tiene que coincidir gente que no se conozca intentaré asignar las fechas de manera que los pordioseros y la gente aseada no se junten en el mismo periodo.


Kikukawa me ha envíado una interesantes fotos tomadas en un barrio normal de Osaka, presuntamente una de las ciudades más feas del mundo. La primera de esas fotos me ha decepcionado sobremanera, pues, pese a representar un paisaje urbano decididamente hostil, muestra también la presencia de algunos árboles, que yo creía que estaban prohibidos en esa ciudad.



A la espera de que Kikukawa nos envíe también imágenes de rascatas y de autopistas elevadas, en las siguientes fotos vemos unas calles tranquilas con casas bajas de aspecto bastante tradicional. Si eliminaran esos estúpidos bosques de cable eléctrico, peatonalizaran y decoraran las casas con flores, como se hace en los pueblos españoles turísticos de montaña, la verdad es que quedarían unas callejuelas preciosas. Pero me temo que está hecho a propósito por el gobierno para que a los japoneses no les apetezca estar en la calle de cháchara como en España y a la gente, en vista de un panorama urbano tan hostil, le entren ganas de currar.



Más sorprendente es sin duda la presencia de una bicicleta, aparentemente sin candado alguno, en la puerta de una casa, bicicleta que en Valencia no duraría ni 15 minutos (lo he comprobado personalmente), y si tuviera candado, iría desapareciendo pieza a pieza hasta al final quedar sólo un candado atado a una farola o poste telefónico.


Sin más, me despido recomendando los estupendos reportajes sobre Corea del Norte que nos ofrece el Profeta Azul en su blog. Echadle también un vistazo al blog del Pordiosero, quien por cierto se ha vuelto loco últimamente y ahora ya sólo escribe sobre sandwiches, aunque se olvida de mencionar el mejor artículo sobre sandwiches británicos jamás escrito.