jueves, 10 de abril de 2008

INTERCAMBIO DE MONUMENTOS

Estaba viendo el otro día un documental que explicaba cómo un multimillonario americano de la época franquista había comprado un monasterio románico entero, situado creo que en algún páramo de la provincia de Palencia o en la de Guadalajara, y se lo había llevado a su país para volverlo a montar piedra a piedra en el jardín de su mansión de Los Ángeles. En el lugar original sólo había quedado una parte del edificio de estilo renacentista, pues parece ser que al millonario aquel sólo le interesaba la arquitectura medieval. Al final incluso construyó una línea de tren hasta Madrid simplemente para transportar las piezas de tente, y desde ahí otra vez en tren a Algeciras o a Ferrol y luego en barco a los Estados Unidos.

En los Jardines del Real de Valencia, en la parte más cercana al museo de Bellas Artes, hay todavía varias unas puertas que pertenecieron también a un palacio antiguo que fue adquirido por un millonario yanqui, aunque al final parece ser que el hombre quebró y no pudo completar su proyecto, y en la actualidad el monasterio está guardado en cajas en los sótanos de un museo de San Francisco. Creo que no son casos aislados sino que durante cierta época en que la cultura no le importaba a nadie en España se repitieron con cierta asiduidad, y no sólo en España, pues en Londres vi una vez un templo hitita de altura equivalente a una casa de tres pisos dentro de una de las simple habitación del British Museum.

Este año, la Dama de Elche ha vuelto temporalmente a su ciudad natal, y la noticia cultural en Valencia ha sido la vuelta, también temporal, de los mejores cuadros que pintó Sorolla, que estaban en la Hispanic Society de Nueva York. A mí se me ocurre que no sólo cuadros y obras de arte pequeñas deberían viajar de una ciudad a otra, sino que habría que seguir el ejemplo de los millonarios norteamericanos para que los mejores edificios de España pudieran viajar temporalmente de una ciudad a otra como si de una exposición de cuadros se tratara.

Todo el que se interesa por la belleza arquitectónica de las ciudades ha soñado alguna vez que podía eliminar todos los edificios feos de su ciudad y dejar sólo los monumentos y los edificios antiguos, o bien hacer una ciudad perfecta como en el Sim City en la realidad, una ciudad que juntaría en una sola un sinfín de monumentos provinientes de varias ciudades diferentes, sin edificios modernos entre medio que deslucieran el paisaje urbano.

No entiendo que las personas de derechas no paren de decir que los nuevos estatutos rompen España porque otorgan diferentes derechos a unas comunidades sobre otras, y sin embargo nunca les oigo quejarse de que la evidente discriminación que supone por ejemplo que los gallegos o los valencianos no cuenten con una sola iglesia mudéjar en su territorio. A mí como valenciano me trae sin cuidado que traigan o no traigan agua para especular a nuestro territorio, pero me parece una desfachatez tener que recorrer 200 kilómetros hasta la iglesia románica más cercana. ¿Hasta cuándo señor Camps?

La ciudad de Valencia está hermandada, entre otras, con la de Maguncia, en Alemania, hermanamiento que no le supone a la capital del Turia ningún beneficio conocido, y de hecho estoy seguro de que la mayoría de sus habitantes lo desconocen por completo. Pues ya que Maguncia posee una impresionante catedral cien por cien románica, con lo escasas que son en cualquier país las catedral construídas únicamente en ese estilo, ¿por qué no intercambiarla temporalmente por la de Valencia, que es única y peculiar precisamente por lo contario, porque mezcla de una manera extrañamente armónica todos los estilos arquitectónicos antiguos?

Me gustaría trasladar la Alhambra de Granada al País Vasco y ver cómo luce de bonita en la cima del monte Igueldo, dominando toda la concha de San Sebastián. Otra posibilidad que se me ocurre sería colocar el Alcázar de Segovia en una rotonda de la M-30, a ver si allí es igual de bonito. La plaza Mayor de Madrid iría temporalmente a Salamanca, que sería una pasada con dos plazas mayores, una al lado de la otra; a cambio no estaría mal que Salamanca prestara a Madrid una de sus catedrales, ya que tiene dos y la de Madrid es más bien floja...

Si se os ocurre algún cambio de este estilo que sea factible o contribuya al bienestar y a la justicia de los diferentes pueblos del Estado Español, o simplemente que sea divertido, decídmelo por favor, estaré encantado de leerlo y comentarlo.

5 comentarios:

Elvar dijo...

Ya que las tropas napoleónicas bombardearon y arrasaron el maravilloso Palacio Real que había en Valencia, habría que exigirle a Sarko que nos cediera el Palacio de Versalles por lo menos para 6 meses, o que si no Zapatero nos trajera el Palacio Real de madrid, ya que no nos quiere dar agua.

unión dijo...

Ya que el viejo cauce del río turia tiene pocos puentes añadiría el Golden Gate para ver que tal queda

Elvar dijo...

Sí, yo creo que justo delante de las torres de Serranos quedaría de puta madre.

El profeta Azul dijo...

Sin duda lo que le hace falta a Valencia es tener una Torre Eifel, que mejor lugar que el extinguido hipermercado de la droga y si se ponen yonkis o inmigrantes a dormir abajo hacemos un estanque y solucionado, a seguir especulando. De Valencia le podemos dar el edificio del ayuntamiento un dia que Rita se taje asi se la llevan adentro o sino la Avenida de Francia y que no la devuelvan mas.

unión dijo...

yo más q dar a quitar dejaría las naves viejas del futuro parque central y lo convertiria en un candem
town. De londres me llevaria regent street.