martes, 9 de octubre de 2007

SITUACIÓN GEOPOLÍTICA MUNDIAL (III)

TERCERA PARTE: EUROPA

Lo más interesante será comprobar cuánto tardará Europa en convertirse en una mera provincia periférica y marginal de la Federación Rusa, sin más importancia en el panorama internacional que la de servir de resort turístico para las nuevas élites rusas del petróleo, del gas y del armamento; y también, de vez en cuando, es posible que vengan bastantes chinos a visitarnos.

Mientras que en el resto del mundo, -especialmente en Oriente Medio, Latinoamérica y Asia- los pueblos están empezando a tomar conciencia del panorama, y se dedican a poner trabas, cada cual con sus armas, al capitalismo imperialista y al proyecto de dominación del decadente Imperio yanqui, en Europa ocurre en la actualidad exactamente lo contrario. Como consecuencia de ello, las probabilidades de que Europa se hunda con sus compinches anglosajones y sionistas son cada vez más grandes.

Cualquier ilusión de multiporalidad o pensamiento divergente dentro de la Unión Europea ha sido totalmente aniquilado. En el pasado, el eje Berlín-París (gobernaran los socialdemócratas o los democristianos) garantizaba la permanencia en Europa del estado del bienestar y una política exterior independiente de Washington, por mucho que siempre existieran los Fhürersitos de turno; tipo Aznar y Berlusconi; así como el sempiterno caballo de Troya de Estados Unidos en Europa, el Reino Unido, el peor país del mundo, el país del que todos sus habitantes quisieran emigrar.

El peón estadounidense en Francia, Sarkosy, apoyado por su análoga alemana Ángela Merkel, ha hecho saltar por los aires toda la tradición de resistencia francesa al imperialismo, sustituyéndola por ridículos almuerzos con Bush que harían retorcerse a la momia de Charles de Gaulle, absurdas diatribas anti-iraníes, soflamamas extremistas estilo Papa nazi.

Adiós por tanto la derecha gaullista, esa derecha profundamente pro-europea que fue capaz de salir de la OTAN por diferencias con E.E.U.U, y que hizo que Francia fuera el primer país de occidente en reconocer a la República Popular China.

Otro factor clave en esta decadencia ha sido la ampliación de la Unión Europea a los países del Este, países tan estúpidamente anti-rusos y proyanquis como para instalar un escudo antimisiles en su territorio y convertirse así en las más que probables víctimas del futuro gran enfado de Putin, nuestro próximo presidente del gobierno.

Ni si quiera le hará falta utilizar sus temidas armas, ya muy susperiores a las del Imperio en varios campos estratégicos, le basta con apretar el botón del gas y dejar a Europa sin calefacción y sin transporte durante todo el invierno, y a ver quién tiene huevos a atacar Rusia.

Además, la izquierda real europea ha sido sustituida por ese capitalismo de rostro amable, totalmente vendido a las grandes corporaciones, encarnado en Epaña por ZP y sus progres; y en otros países como Italia por políticos tibios e insulsos como Romano Prodi.

Factor clave en la derrota del movimiento obrero en todo el continente ha sido la llegada masiva de inmigrantes en las últimas décadas, jugada perfecta de los capitalistas europeos, pues no sólo se han asegurado pagar bajos sueldos, sino que además han conseguido que de esa manera que la clase trabajadora europea se enfrente a los trabajadores extranjeros por las migajas a las que el poder les permite aspirar; de ese modo los mantiene entretenidos mientras se consuma el gran expolio; se privatiza y liberaliza todo, los servicios sociales son desmantelados, los trabajadores pierden poder adquisitivo sin rechistar; de hecho en muchos países europeos ya no existe en absoluto la izquierda. En Francia, los que votaban al partido comunista pasaron a votar en masa a Lepen.

Una economía parasitaria e improductiva, que sólo favorece a los bancos y a las grandes corporaciones, es el resultado de todo ello; economía basada en la especulación inmobiliaria y financiera, la deslocalización, la disminución de impuestos a las grandes empresas, la utilización de estadísticos fraudulentos para elaborar los índices macroeconómicos, la evasión fiscal, la privatización. Todo ello en un momento en el que en todo el mundo los países que más están prosperando son los los que han adoptado modelos económicos mixtos.

Además, "los sudakas", "rusos", "moros", etc. ya no dejan que les robemos el petróleo y el gas como antes, y ya no les podemos amenazar porque les apoyan el armamento ruso y el capital chino.

La dependencia energética es total, mucho mayor que la de Estados Unidos. Obviamente si el petróleo es cada vez más caro, no es por tensiones en Oriente Medio, que siempre han existido, y por supuesto los biocombustibles son un timo y si prosperan nos matarán de hambre a todos. Cualquier líder inteligente habría empezado ya a tomar medidas serias, por ahora no necesariamente muy traumáticas, como las siguientes:

-Impuesto por circular en coche por el centro de la ciudad: eso sólo lo han hecho los escandinavos, alguna que otra ciudad europea, y sorprendentemente Londres, con su peculiar alcalde Ken Livingston, alias "Red" Livingston, gran colega de Chávez.
-Renunciar a las bolsas de plástico, volviendo al carro de la compra y a las cestas.
-Huertos urbanos en los tejados de las casas obligatorios por ley, a la manera cubana, en vez de tener a las marujas de las asociaciones de vecinos todo el día conspirando para pintar la escalera o adornar la fachada, obligándote a gastarte una pasta en chorradas.
-Renunciar al menos a la mitad de la iluminación urbana nocturna.
-Prohibir toda bombilla que no sea de bajo consumo, como sólo han hecho por ahora Venezuela, Australia y Cuba.

Pero en Europa no hay ningún líder inteligente en este momento, excepto Putin, pero Putin juega en el equipo contrario.

Cuando las cosas se compliquen, ni siquiera tendremos la opción yanqui de lanzarnos a saquear a algún país rico en recursos, pues todos los intentos de crear una política común europea de defensa fracasaron en su momento y no parece que vayan a ser planteados de nuevo. Nuestros ejércitos son de chicha y nabo.

A medio plazo, Europa languidecerá por falta de calor y alimentos. En ese contexto, lo más probable es que se imponga una solución "a la europea". Es decir, renunciaremos a nuestra característica "tolerancia europea" y optaremos simple y llanamente por dictaduras fascistas, tal como hemos hecho siempre que las cosas han estado difíciles en el viejo continente.

Por supuesto, los gobernantes echarán la culpa a los gays, a los separatistas, a los rusos, a los inmigrantes, a los moros, a los comunistas, a ZP o a los cubanos. Esa explicación calará en el populacho, que seguirá arrodillado como le está actualmente, incluso cuando sus condiciones de vida empeoren dramáticamente.

Puede que algún Fhürersito o Napoleonsito europeo se atreva a atacar a los rusos, pero ello no haría sino acelerar la de todas maneras inevitable absorción de Europa por parte de Rusia.

Lo cual no está tan mal, sobretodo si se compara con la idea de seguir siendo una colonia yanqui.

Al fin y al cabo, los rusos no son tan malos. Después de todo, nos salvaron del fascismo, y si no fuera porque se detuvieron en Berlin a esperar a los americanos, el muro de Berlín habría sido construido en París, en Bruselas o en Londres. Y gracias a su influencia, durante décadas nuestro capitalismo fue mucho más llevadero.

Por supuesto que la democracia de Putin padece de algunas más que evidentes, ¿cómo decirlo?...imperfecciones. Pero ¿qué democracia no las tiene hoy en día?

Entre que mis nietos (probablemente clones) se dediquen a jugar a la Play Station entre semana y a hacerse coca los fines de semana; prefiero que jueguen a la ajedrez, se tiren vodka por encima, y lean a Dostoiewsky sin necesidad de traducciones.