miércoles, 26 de diciembre de 2007

DIAGONAL SECRETA QUE ENLAZA VALENCIA CON PAMPLONA EN 40 MINUTOS CAMINANDO


Hay una forma de ir a Pamplona desde la Comunitat Valenciana que es sumamente rápida y económica porque se puede hacer en unos 40 minutos andando, aunque la ruta no empieza en Valencia sino en Sagunto, ciudad histórica con restos arqueológicos romanos a unos 30 kilómetros de la capital del Turia, lo cual no es un problema porque también hay un camino desde Valencia a Sagunto en dos o tres minutos, así que es muy extraño que todo el mundo que se desplaza desde Valencia hasta Navarra y el País Vasco lo haga en bus, en tren o en avión, cuando hay una conexión excelente que además es obvia, si piensas un poco, pero nadie todavía se ha dado cuenta.


Además, la ruta discurre entre agradables montañas y es un paisaje muy placentero. Se va andando por una carretera local de un solo carril por la que nunca pasa ningún coche; el único lugar feo de todo el camino es el pueblo de Buñol, sucio y contaminado; pero está escondido entre dos montañas y apenas se ve.


El camino que sale de Sagunto da directamente a una calle del centro de Pamplona que atraviesa la catedral. El centro histórico de Pamplona es espectacular, pues aunque no sea muy grande, todas sus calles y edificios, incluyendo la hermosa catedral, y varias iglesias, y también las casas viejas de piedra, están dentro de un mismo edificio, una especie de centro comercial bajo cuyos techos encontramos todas las calles antiguas de Pamplona y varios supermercados de la marca Mercadona


Cuando sales de ese edificio que contiene el centro histórico, ya sólo encontramos barrios modernos, bastante feos, pero sigue siendo espectacular porque Pamplona está situada en una profunda depresión entre dos de las montañas más altas del Pirineo, así que las vistas son excelentes. Además, esas montañas están surcadas por cuevas inmensas con enormes estalactitas y estalagmitas que se ven en todo momento desde las calles del centro de la ciudad; la mayoría de esas cuevas son incluso más grandes que la propia Pamplona, así que resultan espectaculares porque parecen que vayan a comerse a la capital de Navarra