miércoles, 10 de septiembre de 2008

LECCIONES ELEMENTALES DE HISTORIA DEL ARTE PARA TURISTAS INCULTOS Y PARA ESTUDIANTES ASIÁTICAS. TERCER CAPÍTULO: EL GÓTICO (SIGLOS XIII, XIV Y XV)

El gótico es el estilo que predominó en la Europa desde mediados del siglo XIII hasta la llegada del renacimiento a principios del XVI.

En esa época aumentó la prosperidad en todo el continente y el centro de la actividad cultural y éconómica pasó definitivamente del campo a las ciudades.

Las ciudades crecieron significativamente en tamaño y poder, a la par que surgieron la burguesía y las clases medias, que a su vez fundaron nuevas instituciones como las lonjas de comercio o las universidades, elementos que, junto a las rutas de comercio que se abrieron por toda Europa y con Oriente Medio y el mundo islámico, trajeron consigo nuevas posibilidades de negocio, de intercambio de ideas y de perspectivas artísticas. Eso dio lugar a una sociedad más cosmopolita, próspera y abierta que la del románico.

Varias ciudades como Barcelona, Valencia, Lieja, Brujas, Florencia, París, Venecia, Lübeck y Bolonia dominaron el comercio internacional y construyeron grandiosos edificios civiles cuyo estilo fue imitado en toda Europa. Aunque los edificios principales de esta época siguieron siendo religiosos, -como las iglesias y las catedrales-, o militares -como los castillos o las murallas-, se levantaron por primera vez grandes edificios no religiosos ni militares como los palacios, los ayuntamientos o las lonjas. En la foto, una imagen del Palacio del Dux, en Venecia.

En arquitectura, la principal característica del gótico y la mejor forma de distinguirlo de otros periodos es la utilización del arco apuntado, también llamado ojival, que se diferencia del arco de medio punto, típico del romántico, por ser más puntiagudo que éste.


Frente al románico, que es oscuro, tosco y austero, el gótico, como corresponde a su época, es un estilo más luminoso, esbelto y refinado, y también mucho más complejo y avanzado técnicamente.

Hay eruditos que atribuyen la gran altura y luminosidad de los templos góticos a que ésta fue una época de sincera espiritualidad colectiva e individual (frente a la época románica en que la religión se reducía a rituales repetitivos y a fórmulas obligatorias carentes de significado íntimo cuyo único objetivo era intimidar al pueblo), y a que las clases medias de las ciudades prosperaron y quisieron dar las gracias a Dios creando templos cada vez más grandiosos y con más luz en su interior.

Otros niegan este hecho y afirman que se trataba simplemente de una competición para ver quién era capaz de hacerla más grande, complicada y espectacular, lo cual reportaba más prestigio y publicidad a la ciudad igual que ahora se construyen edificios emblemáticos y se trae la Fórmula 1 a Valencia o se construye el puente más grande de Europa aunque no lleve a ninguna parte. Es probable que ambas opiniones tengan algo de razón.

En cualquier caso, la técnica fue mejorando desde la sencilla y pesada bóveda de cañón típica del románico a la bóveda de crucería típica del gótico, mucho más ligera y que por lo tanto permitía alcanzar mucha mayor altura a los templos.


Además, los edificios se refuerzan con contrafuertes y arbotantes exteriores, otro elemento típico del gótico que sirve para apuntalar aún mejor las columnas y repartir la presión, de manera que los muros ya no son necesarios para sujetar el techo del edificio y se abren multitud de ventanales en las paredes con la clásica decoración gótica de floripondios, por eso las iglesias góticas tienen tanta luminosidad. Aquí vemos los contrafuertes de la catedral de Palma de Mallorca.

En un momento dado de esta época, una parte de la iglesia reaccionó ante los excesos decorativos del gótico predominante, postulando que Jesús era pobre y sencillo y que por lo tanto las iglesias tenían que ser pobres y sencillas.

Surgió el llamado gótico cisterciense, que se caracteriza por los mismos arcos ojivales del gótico normal pero sin ningún tipo de decoración.

En cuanto a la pintura y escultura góticas, presentan un mayor gusto por el realismo que en el románico. En un principio predaminan los fondos dorados y las representaciones sin luces ni sombras, pero poco a poco se incorpora la luz y la perspectiva, una manera todavía muy rudimentaria al principio pero que irá evolucionando hasta llegar a la perfección técnica y al elegante realismo del renacimiento.


Como dijimos en los capítulos griego y romano y podemos observar también en la actualidad, la burguesía gusta siempre del arte realista, en esta época la burguesía empezaba a resurgir así que el realismo en el arte empezó a resurgir también.

Mientras que en el románico se representaba a Dios sentado en su trono celestial permanentemente enfadado, con gesto contrariado y ganas de castigar implacablemente a los hombres, en el gótico la imagen más común es la de Cristo crucificado sufriendo para salvar a los hombres, un dios mucho más humano y con sentimientos, y por supuesto en los cuadros de esta época hay siempre un montón de sangre, sobretodo al principio.

En Europa existen catedrales, iglesias, ayuntamientos y palacios góticos por doquier, en cualquier ciudad que vayáis. Destaca el gótico francés, pues es en Francia donde surgió el gótico (iglesia de Saint Denis). En Francia están las mejores catedrales góticas destacando sobretodo Reims, Chartres, París (Notre Dame y Sante Chapelle) y Amiens. También está el conjunto gótico cisterciense de Avignon, con el impresionante Palacio del Papa Luna, papa valenciano..

El gótico británico (Gloucester, Worcester, Exeter, Cambridge, Bath, etc.) destaca por al calidad y complejidad de sus vidrieras, aunque no son templos necesariamente muy altos. En Alemania la catedral de Colonia destaca por su colosal tamaño.


En Italia el gótico no llegó a arraigar porque los italianos nunca se han llegado a desembarazar de las formas más clasicistas, aunque tenemos la impresionante catedral de Milán.

Es España hay gótico en prácticamente todas las ciudades, aunque algo menos grandioso que el gótico europeo.

Se considera que la catedral de Burgos es la más perfecta, la de León la más luminosa, la de Sevilla la más grande, la de Cuenca la única de estilo claramente francés en España, la de Palma una de las más espectaculares. También son de gran calidad las de Barcelona, Toledo, Tarragona, Ávila, Gerona y Vitoria, por citar sólo algunas más.

El gótico catalán destaca también por sus grandes rosetones y por sus torres octogonales, que influyeron en el gótico valenciano. Por ejemplo, las dos torres de la catedral de Valencia son octogonales también.

En cuanto a edificios góticos que no son catedrales, son interesantes las lonjas: Zaragoza, Alcañiz, Palma de Mallorca y especialmente, Valencia.

Plazas porticadas con arcos ojivales como Vic, Cantavieja (Teruel) y Sagunto.

Inumerables castillos, el más espectácular, en estilo francés, el de Olite (Navarra). En cistencierse (gótico pobre), el de Mora de Rubielos.

Monasterios a patadas, mi preferido el de Poblet (Tarragona)

En Valencia hay abundantes iglesias góticas pero la mayoría con añadidos posteriores, especialmente barrocos.
San Juan del Hospital, San Agustín y Santa Catalina son de transición del románico al gótico, todavía con arcos bastante rebajados, casi románicos. El Miguelete, la portada, el rosetón y el cimborrio de la catedral pertenecen al gótico flamígero o pleno, así como el convento de la Trinidad (junto al Pio V) y las torres de Serrano, aunque todos ellos con menos excesos que el gótico francés, alemán o inglés. El Palau Generalitat y la Lonja son ejemplos grandiosos de estilo gótico civil pero ya de transición al renacimiento, mezclando elementos de ambos estilos y demostrando la pujanza que alcanzó la ciudad en esa época.

El claustro del Convento del Carmen, así como la nave principal de la catedral, son ejemplos magníficos de gótico cisterciense, sin apenas decoración.

En cuanto al resto de la Comunitat, la catedral de Orihuela; la iglesia, murallas y torres de Morella y San Mateu; los palacios góticos de Játiva y su hospital de San Juan; las dos impresionates portadas góticas de Requena; la plaza principal de Sagunto, así como la Iglesia de la Sangre de esa ciudad y el palacio en el que está ubicado su Museo.

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