lunes, 28 de julio de 2008

LECCIONES ELEMENTALES DE HISTORIA DEL ARTE PARA TURISTAS INCULTOS Y PARA ESTUDIANTES ASIÁTICAS (TERCER CAPÍTULO: ARTE ISLÁMICO ESPAÑOL)

El arte islámico es un fenómeno bastante complejo porque abarca más de diez siglos y varias docenas de países en todos los continentes excepto en América. En un principio se trata de unas cuantas tribus nómadas de la península arábiga que vivían en el desierto sin molestar a nadie ni complicarse la vida atacando a sus vecinos, pero de repente al profeta Mahoma la verdad le fue revelada y los musulmantes empezaron expandir su fe a diestro y siniestro y su cultura se impuso en todo el Oriente Medio, gran parte de Asia y el norte de África, conquistando toda España y siendo detenidos por los francos en Roncesvalles, cosa que si no hubiera ocurrido quizás en la actualidad todo el planeta sería musulmán, empezando por los europeos y los yankis e incluyendo a Bush. Aunque los musulmanes de esa época respetaban la religión y la cultura de los pueblos que conquistaban, y no les exigían la conversión, en realidad les cobraban unos impuestos más altos que a los no musulmanes, lo cual explica que muchos de los vecinos de tribus menos poderosas se convirtieran espontáneamente y por eso los árabes se expandieron con tanta velocidad y a veces sin necesidad de guerrear.

Con la llegada de los árabes a la península ibérica, nuestro país avanzó varios siglos de golpe en los terrenos cultural y científico; además, los invasores introdujeron un sinfín de técnicas arquitectónicas, urbanísticas y agrícolas que mejoraron la calidad de vida y la higiene de los españoles, y trajeron también innumerables alimentos que antes no existían en España y que hoy son comunes en nuestro país como los garbanzos, el arroz, la alcachofa, la chufa, etc. En general, casi todas las cosas y lugares que existen hoy en día en España y en la Comunitat cuyo nombre empieza por "al" son aportaciones árabes a la España atrasada e inculta de entonces. Algunas de esas aportaciones no han sido superadas ni siquiera en la actualidad, como por ejemplo, las acequias de Valencia, que los árabes se sacaron de la manga para crear la famosa huerta valenciana de la nada, esa maravillosa huerta que el gobierno autonómico valenciano está decidido a cargarse cueste lo que cueste.


El arte islámico adoptó la influencia de la mayoría de los sitios por donde pasaron, así que es una mezcla de estilos como el visigótico, romano, persa, sasánida, etc. incluso existen en la actualidad en el Asia oriental mezquitas que serían imposibles de distinguir de los tradicionales templos budistas chinos. La mayoría de los edificios de época y estilo islámicos que quedan en España son baños, como los de Valencia, Jaen, Ronda, Sevilla, etc; palacios como los de la Alhambra o la Aljafarería de Zaragoza; castillos como el de Jaén o como los tres que conserva Carmona y también fuentes y alguna mezquita, como la inigualable de Córdoba, que para más inri, ha llegado hasta hoy con una catedral empotrada en su parte central. En cualquier caso, cuando los cristianos reconquistaron España pusieron bastante énfasis en humillar a los musulmanes derribando sus mezquitas y eligiendo templos cristianos en su lugar, por eso mezquitas no quedan muchas. En las fotos siguientes vemos uno de los alcázares de Carmona, el palacio de la Aljafarería de Zaragoza y el interior de la mezquita de Córdoba.




En la Comunitat quedan pocos restos de arquitectura islámica, pues Jaume I, que era un cristiano más fanático, hizo hincapié en destruir todos los símbolos de presencia musulmana en su nuevo Reino, sustituyendo las mezquitas por las clásicas iglesias protogóticas de la reconquista como San Juan del Hospital o Santa Catalina. Se puede hacer una pequeña ruta que incluiría los baños del Almirante, la fuente de la plaza San Luis Beltrán, dos torres de la antigua muralla árabe (aunque algunas afirman que es visigótica) y el portal de la Valldigna, este muy transformado en época cristiana.


Algunas características de la arquitectura islámica occidental:


-Los arcos más típicos son el de herradura y el polilobulado, aunque se usa cualquier otro. El de herradura se dice que lo adaptaron de los templos visigodos de la península y luego se extendió a oriente.


-El exterior no importa demasiado; excepto las cúpulas, los minaretes y la profusa decoración de las puertas, muchos de los mejores edificios islámicos, como la mezquita de Córdoba, no se distinguen desde fuera de la pared de una fábrica de ladrillos o algo así. Lo que importa es una interior acogedor y funcional.


-En el interior destaca la combinación de algunas salas o paredes sin decoración con otras en la que la decoración es tan detallista que roza la locura. Como los musulmanes tienen prohibida en su religión la representación de figuras humanas, no hay esculturas de profetas, santos, etc. la decoración es, o bien a base de simples figuras geométricas o de representaciones basadas en la naturaleza o en animales y también versículos del Corán repetidos una y otra vez.


-Una gran aportación de los árabes a la cultura andaluza y a la española en general patios que son representación del paraíso tal como se concibe en la religión musulmana. Hay que tener en cuenta que esa religión nació en el inhóspito desierto arábico y luego se expandió por zonas áridas, por eso esta cultura necesitaba lugares en los que protegerse del sol, de la arena y del viento y valora tanto la sombra, el rumor y la frescura del agua, los aromas y colores de los jardines, la vegetación en general.


-Existencia en las mezquitas de una gran torre llamada alminar o minarete. En el cristianismo se llama a la horación a base de campanazos, en el Islam un exacervado lo hace a gritos. En la foto vemos la Giralda, que es el minarete de la antigua mezquita de Sevilla, hoy adosado a la catedral cristiana.



-A parte de el mirhab, especie de capilla donde se ubica el Corán, el interior de las mezquitas carece de elementos más importantes que el resto y es de disposición más bien libre, en contraposición a las iglesias, que están organizadas arquitectónicamente en función de los elementos fundamentales de la liturgia cristiana. En la foto, el mirhab de la mezquita de Córdoba, al que se accede atravesando un arco de herradura.



No confundir jamás un edificio islámico con uno mudéjar. El mudéjar es el arte que se produce en los territorios hispánicos reconquistados por los cristianianos, cuando muchos artistas musulmanes que se quedaron en España fueron contratados para construir iglesias cristianas porque eran más baratos que los arquitectos y obreros cristianos y construían los edificios más rápido, desarrollándose un estilo propio de España que mezcla los dos estilos en un sólo edificio.

3 comentarios:

El profeta Azul dijo...

Muy bien tomo nota y me falta por visitar la plaza San Luis Beltrán o seguro que la vi y no le hice caso a su fuente.
Oiga tendre que saber algo del arte o arquitectura china antes de ir, porque yo veo que todo es igual, o es estilo chino o estilo Beniferresco-zaplanista.

Elvar dijo...

No tengo ni idea de arquitectura china, debe de ser como los propios chinos, que a nosotros nos pueden parecer casi iguales pero entre ellos distinguiran mil matices, además de ser uan nación con tan larga historia que supongo que tendrá cienmil periodos artísticos. Pregunte a los sabios o busque en google.

El profeta Azul dijo...

Los sabios tiene de sabios solo el nombre, hare lo de siempre, pasar 2 minutos admirando un monumento que fue construido durante 200 años.