Ya es oficial. Si había alguien tan ciego para dudar que la democracia y el libre mercado sólo molan (molaban) cuando sirven para proteger los intereses de los poderosos, los últimos acontecimientos lo dejan ya totalmente a las claras. Que a periódicos como La Razón y el Mundo les enfade más que la masacre israelí en Palestina el hecho de que los bolivianos hayan aprobado en la urnas una Constitución, o que el mejor presidente de la historia haya ganado un referéndum por el cuál podrá presentarse a otro referéndum para aspirar a un nuevo mandato, igual que la mayoría de los presidentes europeos...; en fin, que eso le moleste a un periódico de derechas es normal, pues al fin y al cabo los periódicos de derechas fueron inventados para proteger los intereses de los ricos. Pero que hasta a El País le parezca peor el desarrollo de la democracia en América Latina que la aniquilación de los Palestinos, demuestra a las claras por donde van los tiros y qué es lo que se está poniendo en juego hoy en día.
Al fin y al cabo, para demostrar que especular es bueno, los banqueros se han arruinado después de haberse dedicado durante años a prestar un dinero que no tenían, estafa que en cualquier país normal implicaría la cárcel y la nacionalización inmediata de esos bancos arruinados, pero que en nuestras avanzadas democracias se premia con miles de millones del contribuyente desperdiciados en ayuda humanitaria a esos delincuentes de talla internacional; todo un ejemplo de socialismo compasivo por parte de los que hasta hace poco alababan las virtudes de la especulación y el libre mercado. La nula respuesta de nuestra prensa "libre" a esa gran estafa (que sive endiendo que Irán o Venezuela son una amenaza) es otro claro indicativo de cómo están las cosas en la actualidad.
Ahora que ya ni los más optimistas niegan que la que se nos viene encima por culpa de todos todos éstos (periódicos, especuladores y gobiernos) puede ser de dimensiones sangrientas, como el Chino Muerto lleva avisando durante años, tengamos en cuenta que el libre mercado, y especialmente la democracia, ya no molan, y preparémonos por siguiente para lo peor. En Italia por ejemplo, deberían ser los primeros en hacerlo.
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