martes, 20 de noviembre de 2007

RECETAS DE COCINA: LA PIZZA NEGRA

Para preparar esta original pizza, lo primero que necesitamos es una casa que tenga horno. La manera de conseguirla depende de cada pordiosero, pues hay opciones para todos los gustos: alquilarla, comprarla, robarla, okuparla, ligarnos a una chica que viva en una casa, encañonar al propietario hasta que nos lleve a su vivienda y luego amordazarlo en el sótano.

Organizamos la típica taja suelística con un montón de botellas, y cuando nos hayamos acabado el alcohol a altas horas de la madrugada, y vayamos totalmente doblados y tengamos ya bastante hambre, precalentamos el horno siguiendo las instrucciones y metemos la típica pizza congelada de Mercadona o de Casa Tarradellas o lo que nos dé la gana.

Es importante, por motivos que se comprenderán claramente a continuación, que en ese momento en que empezamos a "cocinar" estemos solos; para ello es necesario que todos los demás suelistas se hayan ido ya a dormir o que hayan ido muriendo uno a uno en extrañas circunstancias.

Nos tumbamos en el suelo o en el sillón a esperar a que la pizza esté preparada y, sin darnos cuenta, con la taja que llevamos encima, nos quedamos profundamente dormidos y no nos levantamos hasta que ya es de día.

Cuando abrimos los ojos, horas después, ya es mediodía; nos extraña que huela muchísimo a quemado; nos preguntamos por qué estarán sonando las alarmas anti incendio en toda la casa. Finalmente, tras múltiples pesquisas, acabamos encontrando en el horno la maravillosa pizza negra, ya en su punto, con una pinta más o menos así:



La pizza negra. Aunque no es comestible, se trata de una de las pizzas más bellas de la historia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Elvar dijo...

Qué gran idea. Cómo no se me había ocurrido antes? El experimento del repartidor de pizza calzinado...?